Gritar en el desierto

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín   

 

 

Pena grande da el no ver a partido alguno que enarbole como enseña pacífica, destacada y preferente, la blanca de la paz y de la vida. Mucho hablar de programas, de ideas, principios, derechos etc, pero nadie, fuera de la Iglesia, se atreve a proclamar que antes y por encima de todo y de todos, está la defensa de la vida.

¿Dónde está la autocrítica en el PP para no reconocer que ha sido, es y será un error mayúsculo, el apoyar la ley injusta del aborto y callar que si un día llega al poder, abolirá tan inicua ley?. Hay muchos problemas que solucionar: la economía, el paro, el agua, la educación, la inmigración, el terrorismo, la unidad territorial, la seguridad ciudadana etcétera. Bien. ¿Y la muerte de miles de inocentes e indefensos seres humanos -100.000 al año- no debería ser prioritario en gente civilizada?..

Hay sí una voz que clama en el desierto y que se trata de ignorar. Es la voz del Papa , de la Jerarquía, de los católicos, de la inmensa mayoría de gente buena, que reclama como primer derecho humano, el de la vida. Se mira para otro lado o se hacen cálculos para no perder algunos votos. ¡Qué error, qué inmenso error¡.¿Dónde están los creyentes de cualquier religión, los hombres de buena voluntad, que no gritan hasta la extenuación, que “Dios no puede bendecir al pueblo que conculca descaradamente su santa ley?. Ahí está la bandera blanca de la paz y de la vida, esperando que alguien la enarbole en nombre de Dios, de la Humanidad, del sentido común y de las víctimas del terrorismo blanco. ¡Fuera de España, de Europa y del mundo, la cultura de la muerte y Viva la Vida para todos¡.