La Paloma

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

El mundo anda buscando una paloma. ¿Y cuál es esa paloma?  Es la paloma de la paz.  La venimos buscando desde hace muchos años, desde aquella noche en Belén de Judá, cuando “hubo paz en toda la tierra” y los ángeles cantaron gloria a Dios en los cielos, y prometieron paz a los hombre de buena voluntad.  Desde entonces la seguimos buscando. Ciertamente no hay que perder la esperanza de hallarla, a pesar del constante sufrir de los pueblos.  Las guerras y la violencia estremecen y crispan tanto, como el escuchar el lento gotear de la sangre del crucificado, que a veces parece su sangre tan estéril, como el grifo de agua que alguien deja abierto por la noche. Algunos han dado su vida por ella, Gandhi, Luther King, Juan XXIII; muchos más son los que la promueven, aunque sólo sea alguno quien reciba el famoso “premio nobel de la paz”.  Por desgracia no faltan lo que matan por ella. ¡Qué incongruencia!  La paz es la manifestación externa de la salud de la mente y del  corazón. Los odios, las discordias, las venganzas, las ofensas son enfermedades mortales del alma que matan primero al que las padece.  Las balas no matan, mata el hombre. Por eso busca la paz y camina en pos de ella. Así, sí vendrá de nuevo la paloma.