Canto a la vida

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

“Cuando la enfermedad truncó mi vida decidí que era más positivo luchar que llorar. Así, en agosto de 1987 empecé a escribir mi primera obra, Voz de Papel , y ahora publico Alma de color salmón”, comenta una mujer de 39 años que a los 23 tuvo una parálisis de glotis y como consecuencia una parada cardiaca por asfixia. Estuvo más de seis minutos clínicamente muerta. Hoy, muy deteriorada, sigue con ganas de vivir. “Estoy tetrapléjica, apenas veo, no puedo hablar, me alimento y respiro de manera artificial y dependo de los demás absolutamente para todo. Mi cuerpo está preso, pero mis pensamientos y sentimientos son libres. Nadie puede pensar o sentir por mí. En eso y sólo en eso soy libre. No faltan los que opinan que soy un vegetal y que mi vida no tiene valor ni sentido, pero un vegetal que piensa y siente puede ser capaz de escribir y hacer pensar y sentir a los demás. Cada mañana siento que estoy viva, aunque mi cuerpo está paralizado... A pesar de todas esas limitaciones, mi corazón sigue latiendo y sintiendo... Un día más, puedo volver a ver a mis seres queridos, amigos y conocidos. Un día más, tengo la oportunidad de crecer como persona y madurar espiritualmente para ir acercándome más a Dios”. (La Razón, 18.12.2002)