Colgando la vida

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Después del desastre en Rusia, Napoleón siempre llevaba colgando al cuello una píldora para suicidarse. El diminuto amuleto escondía una mezca mortífera de veneno y de opio. El 12 de abril de 1873, las manos temblorosas del Emperador desenredaron el saquito y lo abrieron. La droga no produjo el efecto deseado. El monarca francés se debatía entre vómitos y espasmos. Unas náuseas pusieron fin a su intento de suicidio. Sin embargo era su alma la que moría. La vida le sabía a poco. Su esperanza agonizaba. Era su prematuro Waterloo.
Permíteme preguntarte qué es lo que tú llevas al cuello. ¿Qué cuelga de ti? ¿La esperanza de una conquista o la desilusión que te va ahogando en el pesimismo? ¿El valor por superar los desafíos que te presenta la vida o el pesimismo de una vida oscura y gris? ¿Qué tipo de “emperador” eres? Como decía el otro Napoleón: “Trata de ser feliz ahora mientras puedas, siembra tu tierra y ponte a trabajar, tal vez mañana no tengas tiempo para sentirte despertar”.
Siempre hay alguien por quien luchar. Siempre hay un ideal por conquistar. Levanta los ojos y descubrirás nuevas estrellas en el cielo: un amigo, un trabajo, una esposa, Dios... si llevas este “amuleto” colgando de tu cuello, no debes temer ningún “Waterloo