Consejos para ser gobernador (I)

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Jamás quedarán en el olvido los sabios consejos que don Quijote de la Mancha impartió a Sancho Panza al saberse gobernador de la ínsula, pues aunque nosotros no lo seremos nunca, los consejos bien van. “Lo primero, ¡oh hijo! has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y , siendo sabio, no podrás errar en nada. Lo segundo, has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualase con el buey. A la gravedad de tu cargo debe acompañar una blanda suavidad que, guiada por la prudencia, te libre de la murmuración maliciosa. Préciate más de ser humilde virtuoso, que pecador soberbio. Mira Sancho, si tomas por guía a la virtud, y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los príncipes y señores, porque la sangre se hereda, mientras que la virtud se conquista y vale por sí sola, lo que la sangre no vale. Si tienes a tu mujer contigo, porque no es bueno que los que gobiernan estén sin la propia, enséñala, adoctrínala, y debástala de su natural rudeza, porque todo lo que suele adquirir un gobernador discreto, suele perderlo una mujer rústica y tonta.