Cuestión de honor

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

En una disputa callejera, por demostrar que era valiente, perdió la vida un chico en la flor misma de la juventud. ¿Es sensato entregar la vida de este modo? En el cap. XXVII del Quijote de la Mancha dice que los varones prudentes por 4 cosas han de tomar las armas y arriesgar su vida: la primera, por defender su fe católica; la segunda, por defender la propia vida, por ser ley natural y divina; la tercera, en defender la honra, la familia y la hacienda; la cuarta, por defender a la patria. Pero, perder la vida por niñerías y por cosas que antes son de risa y pasatiempo que de afrenta, es necedad y tontería. De este modo se concluye que las peleas, las bravuconerías, los altercados no pueden tener cabida y en consecuencia estamos obligados a sosegarnos cuando alguno provoca. Ni qué decir de las venganzas, que siempre son injustas y motivadas por las más bajas pasiones del hombre. Por eso, cuando te encuentres con escándalos callejeros, pásate de largo y no te detengas, que allí no se ponen en juego ninguna de las causas mencionadas. Finalmente, recuerda que es más valiente el que se domina, se controla y es templado, que aquél que insulta y ofende. Y que el valiente vive, hasta que el cobarde quiere.