Gota a gota…

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Una realidad que no falta nunca en nuestros hogares son esas pequeñas discrepancias entre esposos o de los padres con los hijos o de los hijos entre sí. Esto entra en el marco de lo normal y hasta necesario y bueno porque así es como uno aprende a convivir, a ceder, a darle la razón al otro y en definitiva aprende uno a querer. Lo importante es que esos insignificantes conflictos o discusiones no se conviertan en auténticos huracanes. Gota a gota se puede ir horadando la roca más dura si golpea siempre en el mismo punto; gota a gota se da vida a la flor más bella en el ambiente más inhóspito y desértico. El secreto no está en desear una vida sin problemas, donde todos en casa están siempre de acuerdo cuando hay que decidir a dónde ir, qué comprar, a qué hora se debe regresar a casa o qué amigos convenir. Para nada, el secreto está en saber cómo resolver los problemas sin que se vaya creando el cáncer del silencio, del distanciamiento. El amor no es algo hecho para siempre, es necesario crearlo todos los días. El amor es saber escuchar no sólo las palabras, sino sobre todo los sentimientos que se esconden detrás. Piensa ahora cómo es tu actitud en la casa, si eres gota que golpea o si eres agua fresca para los tuyos.