Huellas en el cielo

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Alguien me preguntó: ¿para qué sirven las estrellas? No lo sé, le contesté. Tal vez están allí para hacer más bella la noche, ¿te imaginas qué terrible sería la oscuridad de la noche sin estrellas? El titilar de su luz alegra nuestro corazón y nos hace más agradable la contemplación del firmamento. Las estrellas están allá arriba para guiar a los marineros hacia puerto seguro y a lo mejor para guiarnos a nosotros hacia otros rumbos que aún desconocemos. Las estrellas nos ayudan a elevar la mirada a fin de escapar del estrecho horizonte de la tierra. -¿Te has dado cuenta que las estrellas no se mueven?- ¡Qué extraño! Precisamente en este tiempo en que todo se muta, todo cambia, todo marcha tan de prisa... las estrellas siguen suspendidas en el cielo, inmóviles y discretas como hace millones de años. Todos los hombres de la tierra contemplamos al mismo tiempo el mismo espectáculo sin necesidad de satélites o televisores. Las estrellas son las huellas que Dios dejó en su paso por la tierra. Cada una tiene un mensaje y entre todas forman no sólo una constelación, sino una sinfonía, un concierto cuyo director no vemos, pero sabemos que existe.