La fuerza de la inocencia

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

En una iglesia se encontraba un sacerdote motivando a los fieles a ser generosos para con lo más necesitados de la zona. Pedía alimentos, medicinas y ropa para repartir a las chabolas y los caseríos golpeados por la miseria. Entre la gente se encontraba también un niño con síndrome de down que conmovido por los ruego del cura, se levantó de repente y llegando hasta el mismo ambón entregó su suéter. Tanto el sacerdote como los asistentes quedaron profundamente consternados ante ese gesto tan lleno de bondad y generosidad. La madre del inocente lo abrazó y lo beso toda emocionada. No podía impedir que las lágrimas corrieran por su mejillas. Pero jamás se imaginó que éste le dijera levantando la mirada: -entrégale también tú, tu chaqueta al padre. La madre sorprendida, en vano trataba de disuadir al muchacho haciendo todo tipo de promesas en el futuro. Hasta que le dijo: -¡no puedo, porque esta es mi mejor chaqueta! Y el hijo le respondió:- pues aquél era mi mejor suéter. La mamá quedó desarmada y también ella se levantó para dejar junto al suerte del hijo, el mejor de sus gabanes.