La gran encomienda

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

El entramado social en el cual vivimos los hombres es tan complejo que para funcionar correctamente, cada una de las partes debe desempeñar bien su papel. En el conjunto no sobra ninguna pieza, todas son esenciales y se combinan enriqueciéndose de manera perfecta. El único problema es cuando una pieza se rebela y en lugar de sumarse al conjunto, con una actitud antisocial, adopta una postura egoísta y pretende que el conjunto esté en función de ella. Lo interesante es que no se trata de piezas de metal o de madera, sino de personas humanas que tienen la capacidad de inventar, de innovar, de ser siempre mejores, pero ¡dentro de la gran familia humana! Somos eslabones de una misma cadena.
Podemos decir que todos vivimos encomendados. El niño está “encomendado” a sus padres. Llegará el día en que los padres, ya ancianos, estarán encomendados a sus hijos, y estos cuidarán de ellos, y lo mismo los jefes de empresa tienen encomendados a sus trabajadores en todos los aspectos de su vida, familiar, social y espiritual. Los gobernantes tienen encomendados a sus ciudadanos en todo lo que se refiere a la salud, la seguridad, el orden, el trabajo, la alimentación... ¡Es imprescindible tener una conciencia social!