Los niños del rosal

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

No todos los niños vienen de París- escuché decir un día a una mamá que hablaba con sus dos hijos pequeñuelos que apenas contaban los cuatro o cinco años de edad. La niña era alta, robusta y apiñonada. El niño era más bien delgado y tenía dos grandes ojos oscuros, pelo rizado y carita redonda. Cada vez que sonreía, asomaba sus hermoso dientes. – A ustedes no los trajo una cigüeña volando por los cielos y colgando de su largo pico. Tú, Margarita, naciste del seno de mamá, mientras que tú, Andrés, naciste de mi corazón-. De este modo la mamá explicaba a los dos hermanitos, que se amaban entrañablemente, que el segundo era adoptado. A esta señora le sucedió lo que a muchas otras que después de una larga espera deciden adoptar pensando que no podían tener hijos, y cuando llegó Andrés a la casa, entonces la señora quedó embarazada de Margarita. Pasados los años este hogar siguió floreciendo, porque la familia hoy en día se compone siete hijos, cuatro propios y tres adoptados, todos ellos igualmente hermosos y unidos por los tallos del amor al corazón de la madre que es verdaderamente un rosal que ha dado vida a siete rosa muy bellas.