Los presentes

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Hay diversos modos de pasar por la vida. Están los presentes-ausentes, son aquellos que no aportan nada a la comunidad o a la familia, personas tristes, grises, sin ilusiones, sin oficio ni beneficio. Viven en función de sus mezquinos intereses sin importarles nada los problemas de la sociedad o el sentir de la patria. No se comprometen y tampoco asumen responsabilidades. Vegetan a costillas de su cónyuge, de sus padres o del pueblo. Cuando se mueren, pasan a ser los ausentes-ausentes. Lejos de arrancar lágrimas de dolor, producen un grandísimo alivio.
Hay otros hombres que son los presentes-presentes. Son aquellas personas que amamos porque son buenos, porque aportan un significado en su entorno. Son los que hacen más de lo que prometen. Hombres magnánimos y generosos que no le temen a la vida. Cuando mueren pasan a ser los ausentes-presentes por el amor que les profesamos. A estos se les llora y su testimonio trasciende el tiempo. Entrar en la eternidad sin partir de este mundo. Un elocuente ejemplo lo tenemos en el epitafio que el mismo Mario Moreno Cantinflas apostilló: “Parece que se fue, pero no se ha ido”