Los vencedores

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Esta primavera se cumplieron 2400 años de la muerte de Sócrates. En el año 399 a.C. Sócrates aceptó la condena a muerte por parte del tribunal más famoso del mundo griego, Atenas. El día fijado recibió el veneno de su ejecución, y lo tomó como quien bebe un vaso de cerveza. A los pocos minutos, el frío paralizó su corazón, y sus enemigos, por fin, respiraron satisfechos...
Hay muchos modos de interpretar el final de un condenado a muerte. Para algunos puede tratarse de un malhechor que merece ser eliminado. Para otros se trata de una injusticia: los poderosos se alían para eliminar a sus enemigos, y, cuando pueden, acaban con ellos. Quizá haya quienes vean este hecho como algo indiferente, que no altera el propio modo de vivir o de pensar...
Sin embargo, sabemos que las cosas no son tan sencillas, primero porque la condena a muerte de Sócrates no terminó con sus ideas, sino que les dio más fuerza y más energía en sus discípulos, entre los que destaca, con un genio que pocos han podido superar, Platón. Segundo, porque de nada sirve "sobrevivir" y triunfar en la vida si se ha pisoteado la justicia y el derecho: la conciencia no puede dejar tranquilo a quien vence a costa del mal. Al final ¿quiénes son los vencedores?