Perfume de mujer

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Un joven se tronaba lo dedos de las manos mientras esperaba sentado en una mesa de café. Tenía la mirada perdida en el vaso de cerveza que le acompañaba y no cesaba de hacer crujir sus falanges dando una gran impresión de preocupación. ¿Qué estaría pasando por su mente en esos momentos? ¡Qué fácil resulta bucear en el alma de la gente a través de sus gestos, miradas o emociones! En la película "Perfume de Mujer" hay una escena inolvidable, en la que el ciego (interpretado por Al Pacino) invita a una muchacha a bailar y ella responde: No puedo, pues mi novio va a llegar en pocos minutos. A lo que el ciego responde: Pero es que en un momento, se vive una vida. Y la saca a bailar un tango. Y el mejor momento de la película es esta escena de sólo unos segundos. Las preocupaciones ordinarias nos pueden hacer olvidar lo hermosa que es la vida, la sonrisa de un niño, el valor de unas lágrimas, el beso de dos enamorados, el olor del campo cuando llueve. Cada instante es bello para el alma que sabe admirarse de la vida. Dicen que la capacidad de asombro es la capacidad de cielo que posee un alma. Y tú, ¿cuánto de cielo existe en tu alma?