Un fenómeno de mujer

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Gonxha Inés era una chica normal, pero cuando cumplió 18 años tomó una decisión que cambió toda su vida: dejar su Albania para vivir sólo ayudando a los demás. Desde ese momento se llamó Teresa. Fue a Irlanda, pero poco duró su paseo por la tierra esmeralda, y cuatro meses después ya estaba en camino a la India para dedicarse a ser maestra de colegio.
Teresa creía tener ya arreglado el resto de su vida. Pero un día sintió que “alguien” la llamaba a hacer algo más, algo tan grande que parecía imposible. Ella, tan pequeña, ¿entregarse «totalmente» a los pobres, a los parias, a los enfermos de sida, de lepra? ¿Donarse completamente a los que nadie -pero nadie- quiere? ¿Quién la iba a seguir en aquella vida miserable? Ella ya sabe quién le habla: es Jesús. Y no, no se lo negó. Fundó una asociación de amigas de los marginados, de hermanas de los tuberculosos, de misioneras del amor. Cambió su hábito de monja por una especie de sábana blanca (el «sari») y por una sonrisa detrás de la cual guardó un secreto que nadie sabrá hasta después de su muerte. ¿Hay todavía alguno que no sepa quién es Gonxha Inés? No lo creo; todo el mundo sabe quién es la Madre Teresa de Calcuta.