Los clásicos

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Así es como reconocemos a todos aquellos genios que a lo largo de la historia han sabido captar y plasmar por medio del arte los máximos valores del espíritu humano.  El estudio de los clásicos es la mejor inversión que podemos hacer de nuestro tiempo. En la inmortalidad estarán los libros de Homero, Virgilio y Shakespeare. Los cuentos de Hans Christian Andersen, los ensayos de Octavio Paz y las narraciones de Dostoievski. Jamás dejarán de sonar los conciertos de Vivaldi, Bach, Händel y Mozart, como también las canciones de los Beatles. ¿Cómo dejar de declamar las poesías de Lope de Vega, san Juan de la Cruz y Rubén Darío?  En escultura admiramos como hitos de armonía “La Pietà” y “El Moisés”, de Miguel Angel y la peculiaridad del maestro Botero. En pintura encontramos una riquísima gama: Un Velázquez, un Van Gogh, los lienzos de Pablo Picasso, Rubens y Rufino Tamayo entre otros. En cine tenemos a un Ben-Hur con Charlton Heston; “Lo que el viento se llevó” o las inmortales películas de Cantinflas. Los clásicos escapan a la caducidad de la moda y permanecen como estrellas que brillan en el cielo con luz propia.