Depresión II

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

La segunda causa de depresión, además de la ruptura del vínculo, es la confusión del éxito. Las personas sueñan, proyectan, conciben la vida de una forma que no siempre se realiza, antes al contrario, se torna una  quimera. El éxito anhelado no llega y si no se acepta la realidad tal y como se presenta, es fácil que sobrevenga la depresión como resultado de la frustración. Pensemos en el universitario que postula un puesto de trabajo bien remunerado que nunca logra conseguir; el negocio que prometía magníficos dividendos y que sólo genera pérdidas. El estudio de donde saco este artículo lo realizó un equipo de psicólogos especializados en el campo de la vida consagrada. En este caso pensemos en el joven seminarista, sacerdote o religiosa que sueña con numerosas conversiones, espléndidos retiros, una infatigable labor apostólica y el resultado es todo lo contrario: apenas si te escuchan unas cuantas almas piadosas, te siguen menos fieles y encima te encomiendan aquello que más aborreces. La clave del éxito está en afrontar la vida con realismo, sobreponiéndote a las dificultades con tenacidad y perseverancia y,  en reconocer tu vida de cara a Dios que sabes que te ama tal y como eres.