Diplomacia

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

La diplomacia en sentido propio hace referencia al ámbito de las relaciones entre naciones o jefes de estado. No obstante, es bueno aprender y practicar un poco de diplomacia en las relaciones interpersonales con los vecinos, parientes políticos, familiares, compañeros de trabajo. ¿Por qué? Porque las relaciones sociales son frágiles y muchas veces un inadecuado manejo, un altercado, una riña nos lleva a romper definitivamente con el otro. ¡Cuántas personas no se hablan porque hace años tuvieron una pelea!  Un amigo definió la diplomacia de modo original: “Es el arte de cantarle al otro las cuarenta y decirle hasta de lo que se va a morir y que al final te dé las gracias”. ¿Hipocresía? No, sino una muestra de respeto y apertura hacia el otro. Tampoco hay que caer en el relativismo porque la verdad merece ser defendida y el arte está en saber dialogar y permanecer fiel a tus principios sin llegar a los puños.

Los países democráticos recurren a la diplomacia para resolver sus problemas, mientras que los autoritarios eligen la violencia, la fuerza, la prepotencia y las amenazas para imponer sus intereses. Siempre hay modos y formas para  solucionar los problemas educadamente.