Celo tiene el amor

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Entre el amor y el celo existe una distinción en la expresión únicamente, pues ambos constituyen la fuerza de una misma pasión. Al amor le corresponde la parte ejemplar, creativa, afectuosa, mientras que al celo la parte defensiva. Son dos caras de una misma moneda. En la educación de los hijos existen innumerables muestras de cariño, pero también debe existir celo para prohibirles las malas amistades, los vicios, la irresponsabilidad. En el matrimonio existe donación y amor, pero también celo para evitar que una damisela sin escrúpulos se entrometa en la vida del hombre o un gentil caballero se permita confianzas con la esposa. El amor es donación, el celo protección. Un sacerdote debe amar a sus fieles, pero también debe tener celo para evitar que se pierdan por el pecado, abandonen su fe o se alejen de Dios. No exigir del amado que sea lo mejor de todo es indiferencia, lo contrario del amor Un buen profesor debe amar a sus alumnos, pero también debe sentir celo por ellos, no permitiendo mediocridades y exigiendo el máximo rendimiento. Dios también nos ama y nos encela, por eso también nos reprende paternalmente.