La bicicleta

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Resulta muy difícil montar una bicicleta inmóvil porque te vas de lado a no ser que seas un equilibrista, pero la gente ordinaria no es acróbata. La velocidad es lo que da estabilidad a la bicicleta y permite al ciclista zigzaguear, tomar curvas, realizar algún salto. Me parece que la vida es como la bicicleta, que si frenas, te caes. Caes en la flojera, en la ociosidad, en los vicios, en los chismes o en la perdedera del tiempo.  Pero si estás activo y dinámico todo es ganancia. Pienso sobre todo en las personas que llegan al momento de la jubilación. El cambio de vida no debe ser un freno, sino un ajuste en la velocidad. Se podría decir que de pedalear cuesta arriba, llega el momento en que deben andar de bajada, pero no pueden dejar de avanzar. El trabajo es vital para mantenerse sano. Tienen que organizar de otro modo su tiempo para hacer todo lo que no tuvieron oportunidad durante los años de empleo fijo. Levantarse temprano para ir a misa, desayunar tranquilo, salir a trabajar en lo que les gusta, leer muchos libros, caminar, asociarse a un movimientos eclesiástico para impulsar apostolados u obras de caridad cristiana, pero nunca dejar de avanzar.