Punto final

Autor: Padre José Manuel Otaolaurruchi, L.C.

 

 

Después de un amplio despliegue de publicidad con tintes mundialistas y excelentes encuentros de campeones, la copa de fútbol llegó a su fin y creo que es bueno dedicarle un epílogo y ponerle punto final. Es obligado y merecido el reconocimiento a la selección española que se llevó a casa la copa de oro por los siguientes cuatro años. Destacado ha sido el papel que Vicente del Bosque ha jugado como entrenador de una bancada de excelentes deportistas que sin una mano sabia, experimentada, peligraba salir desbocada como un carro de caballos salvajes sin auriga. Triunfó la moderación, la reflexión y el aplomo al show mediático que tuvimos que soportar de otros entrenadores. Los jugadores se dejaron la piel en la cancha y nuevamente sale a relucir el espíritu de competitividad que llevamos en la sangre. Desde el circo romano, las justas y el fútbol, en algo hemos progresado. La reina, doña Sofía, dio la nota al meterse con el derecho que le otorga la edad, la dignidad y el cariño a felicitar a los jugadores en el mismo vestuario. ¡Qué señorona! Y como en los cuentos de hadas, alguno tenía que cerrar la historia con un beso, la suerte le volvió a sonreír a Iker Casillas al ritmo del Waka Waka.