Eucaristía

Sagrario del Resucitado

Autor:  José María Lorenzo Amelibia

Pagina Web: Mística

                  

     

Resucité con Cristo, aleluya. Él no se quedó "en el sepulcro profundo de una dura y fría roca"; Él abandonó las tinieblas de la muerte, pero permanece por siempre con nosotros encerrado en el gozo de un sepulcro de amor: el Sagrario.

¡Sagrario del Resucitado!, exclamaré en esta Pascua florida. He de mirarlo todo desde la perspectiva de eternidad. Mi vida ha de cambiar. Ya no me buscarán en el lugar de los muertos, porque "he resucitado y siempre estaré contigo; aleluya. ¡Y es admirable tu ciencia; aleluya!"

Siempre reinará en mí la ilusión sin límites, la alegría de la fe en Cristo vencedor de la muerte. Ya no quiero, Señor, pensar sino en ti y en tus cosas, y olvidarme de mí y de las mías.

¡Sagrario del Resucitado! En esta Pascua de flores, derrama sobre tus hijos a raudales el ansia de salvación. Mira que "nuestro vientre está adherido a la tierra" y nos ha dominado el placer y nuestras alas están ligadas y ya no pueden volar.

A Micaela del Santísimo Sacramento concediste, Señor, en los días del fervor de una Pascua lejana, la gracia mística que ella explicaba con estas palabras: "Lo vi tan grande, tan poderoso, tan bueno, tan amante y misericordioso, que resolví no servir más que a un Señor que todo lo reúne para llenar mi corazón".

Y con el corazón lleno se lanzó Micaela a salvar a muchachas encenagadas en vicios mundanos. Y fue mártir de la caridad.

Suscita, Señor, en tu Pascua muchos corazones enamorados que incendien el mundo de tu amor