Domingo de Ramos, Ciclo A

Autor: Padre José Rodrigo Cepeda

 

 

El Calendario de la Iglesia le llama a este día: Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.

Recordamos la entrada de Jesús a Jerusalén, entre la aclamación de la gente y los gritos de los niños. Y nosotros nos unimos a aquél entusiasmo acompañandole en la procesión de entrada y cantandole:"¡Hosanna al Hijo de David!" Como si el tiempo no hubiera pasado porque "Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre"

Es una procesión importante en la liturgia, y que ya se hacía en el s. IV en Jerusalén, según el testimonio de la peregrina Eteria. Los Sacerdotes se visten de rojo, el color de la sangre, porque acompañamos al Mártir, que morirá el Viernes Santo. Y expresamos nuestra fe y cariño agitando las palmas y cantando con fe.

En la Misa escucharemos la Pasión del Señor, según San Mateo. Cada autor le pone su acento al Evangelio. Mateo, que al escribir tiene muy presentes a los judíos, abunda en citas del A. T. y nos presenta a Jesús como el Siervo Paciente, que describe Isaías. Cargado de oprobios y penalidades, le vemos morir en la cruz. "No tenía aspecto que pudiéramos estimar... como uno ante quien se oculta el rostro"

Al final, se rasga el velo del Templo, que significa el fin del A. T. "La tierra tembló, las rocas se rasgaron" como signos del mayor dolor. Tuvo que ser un centurión romano el que por todos, confesara la fe en Jesús: "Realmente este hombre era Hijo de Dios"

Al regresar a casa pondremos nuestros Ramos en un sitio visible, pues nos recordara que hemos aclamado a Jesús y queremos ser sus seguidores siempre. Pero volvamos al Domingo de Ramos. ¿Que fue lo que llevo a Jesús a Jerusalén? Jesús subió a Jerusalén para dar testimonio de la Verdad que libera al ser humano. Su anuncio esta íntimamente unido a la denuncia. Pues anuncia la irrenunciable vocación de cada ser humano a la libertad, que le lleva al Padre.

Con el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor la Iglesia entra en el misterio de su Señor Crucificado. Sepultado y Resucitado. El cual entrando a Jerusalén, dio un anuncio profético de su poder y el anuncio de su Pasión. Por eso hoy los cristianos llevamos Ramos en las manos, no solo como un recuerdo sino como el signo de que Cristo muriendo en la Cruz, triunfó como Rey. Habiendo enseñado el Apóstol: "Si sufrimos con él. con él también seremos glorificados" (Rm 8 17)

Hoy se lee en la misa el himno Cristologíco (Fil 2, 5-11) donde se nos muestra el camino descendente y ascendente del Redentor, tras la humillación viene la glorificación.

Queridos hermanos de la lista. Aun nos queda un largo recorrido por estos días Santos, en que es muy importante que mantengamos encendida nuestra fe, junto al Señor en getsemani el próximo jueves santo, en donde le cantaremos al mandamiento nuevo del amor, y nos veremos reflejados en los apóstoles que se dejan lavar los pies, por su Maestro. En el viernes Santo, caminaremos junto a él en el Vía Crucis, y escucharemos las 7 palabras, y velaremos junto a Él.

Y el Sábado por la noche, nos pondremos las mejores galas, para participar de la Solemnidad de Solemnidades, la Pascua.

Os invito a vivir, paso a paso las celebraciones que a lo largo de estos día nos mantendrán como Iglesia, unidos en la oración, para luego gozosos celebrar la triunfante Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.


No olvidemos a la Madre de Jesús y Madre nuestra, en estos día en que la recordamos como la "Virgen de la Soledad" o la "Dolorosa" unamos nuestra esperanza, para que el mundo descubra la Luz gozosa del Resucitado.

Con mis pobres oraciones.