Domingo IV de Pascua, Ciclo A
El Buen Pastor

Autor: Padre José Rodrigo Cepeda

 

 

Jesús desde niño, en su casa y en la Sinagoga, habría recitado muchas veces, el salmo 22

"El Señor es mi Pastor nada me falta" Y habría cantado, como nosotros las excelencias del Buen Pastor: guía a las ovejas por cañadas seguras, las conduce a buenos pastos, les hace sestear en yerba tierna, las protege de los peligros y encuentra seguridad en Dios pastor; "Porque tu vara y tu cayado me sosiegan"

Por eso cuando quiere identificarse a sí mismo, entre las comparaciones y alegorías que usa, nos brinda la imagen del Buen Pastor, que da la vida por las ovejas, como la mejor síntesis de todo lo que estamos viviendo en la Pascua.

"Yo soy el Buen Pastor..." "Yo soy la Puerta..."

No es un pastor bueno, como los muchos que había habido en la historia de Israel. Es el Buen Pastor, el único que se identifica con el salmo. Es el Pastor anunciado por los profetas.

Y sabiendo que Jesús es el Pastor hasta las palabras oveja y rebaño, que son expresiones tan devaluadas en la vida diaria, se convierten en palabras cargadas de sentido. Me llena de felicidad el ser una oveja conducida por el cayado del Buen Pastor y me llena de esperanza el saber que cuando me extravío me busca y cuando me encuentra me lleva sobre sus hombros, me llama por mi nombre, me acaricia y me mete en el redil de su corazón y de su Iglesia.

Tres puntos a destacar.

1. "Da la vida por las ovejas" Lo acabamos de celebrar. Fue la suya una muerte de amor. se entrego voluntariamente como culminación de una vida puesta al servicio de todos. San Pedro les decía a los primeros cristianos: "No habéis sido comparados con oro o con plata, sino con la sangre preciosa, como de cordero sin tacha. Cristo" (1 Pe. 1, 18. 19)

Rezo agradecido con san Pablo: "Me amó y se entregó a la muerte por mí"

2. "Conozco a las mías y las mías me conocen" Para el pastor cada oveja es única; la conoce, tiene nombre propio, la trata con el justo cariño que necesita.

Cada uno de nosotros representamos en la alegoría una de estas ovejas. Nos conoce a fondo, Nos quiere con pasión. Aquello dicho por un escritor de que: "Los hombres vistos desde la altura somos hormiguitas anónimas" no entra dentro del contesto que tenemos del Buen Pastor para el que nadie es anónimo, cada persona es la única. Podemos leer lo nos dice San Juan: "Mirad que amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos"

3. "tengo otras ovejas... también a estas las tengo que traer". Es el grito de la Pascua, el acento misionero de la vida. a Iglesia, la parroquia, el grupo, cada uno de nosotros redimidos por Jesús, tenemos que colaborar en la acción misionera de la Iglesia. Nunca la fe es algo privado. siempre se nos da para comunicarla. Toda nuestra vida, hasta el sufrimiento y la oración tienen que ser misioneras.

Queridos hermanos de la lista, como cada Domingo os deseo lo mejor y les invito a esforzarnos por ser mensajeros de la buena noticia a todos los hombres y les recuerdo que mas que las palabras, lo que realmente arrastra son nuestras actitudes, seamos rectos, justos equitativos, misericordiosos y sobre todo no olvidemos que la divisa del que se encontrado a Cristo en el camino de su vida es la "Sonrisa"

Con mi bendición.