Domingo IV del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Las Bienaventuranzas son una Buena Noticia

Autor: Padre José Rodrigo López Cepeda 

 

 

San Mateo que ve en Jesús el nuevo Moisés, que trae una nueva ley, formula su Evangelio en cinco grandes discursos, comenzando por el "Sermón de la Montaña" No es en la Montaña del Sinaí, a la que sólo Moisés se podía acercar, quitándose las sandalias. Jesús es Emmanuel, Dios con nosotros y es fácil acercarse a El. "Subió a la montaña, se sentó, se acercaron sus discípulos y El se puso a hablar enseñándoles"

Las Bienaventuranzas son una Buena Noticia. Prometen felicidad a todos los que se fían de Dios.

Son un programa de vida, el estilo de conducta que quiere Jesús. La espiritualidad de sus seguidores.

Son un anuncio paradójico. A los que El llama felices, el mundo juzga de desgraciados.

No las proclamas sólo como premio de futuro. La felicidad se dará ya aquí.

Solo se aprende en la escuela de Jesús. Evangelio y Oración.

Pobre de Espíritu

Más difícil si soy rico de dinero, salud, amigos. Pero se puede, si todo lo entiendo como regalo de Dios y me empeño en hacer felices a los otros. Si me sé desprender y aprendo a compartir.

Si soy pobre de dinero, salud, posibilidades... es más fácil. Si no me quejo, si no me amargo, si no envidio, si no suspiro. "Donde está tu tesoro allí está tu corazón" El corazón es lo que importa. Dios cambia el corazón.

No quiero llorar, pero no me faltarán las lágrimas.

Las Bienaventuranzas me hablan de virtudes a practicar. El cristiano cultiva la alegría, no la tristeza. Pero como no me faltaran las sombras del dolor a lo largo de la vida, sé que Dios tiene que ser mi apoyo, y que yo en nombre del Señor, que es el Consolador tengo que ir por la vida ayudando y serenando "El Señor Yavé me ha dado lengua de discípulo para decir al cansado una palabra de consuelo" (Is 50. 4) Nadie entiende el dolor como el que ha sufrido. Y el sufrir pasa y queda el haber sufrido.

Hambre y Sed de Justicia

En la Biblia esta hambre es una añoranza de Dios. "Yavé es nuestra justicia" (Jer 23. 6) El creyente desea a Dios como la cierva sedienta el agua

Hambre y sed que les falta a muchos bautizados de nuestros días. Y como amar a Dios y a los hermanos forman el mismo mandamiento, los hambrientos de justicia, son los inquietos que trabajan por un mundo nuevo con los dones de Dios para todos.

Misericordioso 

Gente de Corazón grande, perdonador, comprensivo. No se llevan las manos a la cabeza. No juzgan. No se escandalizan. Quieren que Dios les regale el corazón, que tendrá con ellos cuando llegue la hora del juicio. "Lo que hicisteis con uno de estos mis hermanos, conmigo lo hicisteis"

Perseguido por la causa de la Justicia.

Incomprendido por querer vivir de este modo y no por se el listo que aprovecha la situación. Le llamarán tonto por meterse en líos por defender a los oprimidos y denunciar valientemente las injusticias que hoy son tantas. Ellos los hombres y mujeres que alzan la voz para pedir justicia, saben que sólo así, se construye el Reino de Dios en el mundo.

Queridos Hermanos: Las Bienaventuranzas son ocho. Las coges o las dejas. Ellas nos hacen Hombres y Mujeres de paz. Pacificadores, reconciliadores, manos abiertas, corazón en la mano. Constructores de puentes con Dios. Todas se pueden reducir a una sola: "Bienaventurados los pobres de espíritu" y María nuestra Madre y Maestra fue así tan limpia que puso, la humildad en la verdad. "El Señor hizo en mí maravillas"

Con el deseo de Paz para todos.