Domingo XXXI del Tiempo Ordinario, Ciclo C

El Evangelio de Zaqueo

Autor: Padre José Rodrigo López Cepeda 

 

 

Jesús no había venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Y Lucas, mejor testigo de la misericordia de Dios, nos comenta en este Evangelio todo el proceso interior de un hombre, que quiso "ver" a Jesús y todo el cambio que se dio en su persona.

- Una lectura detenida del Evangelio

"Zaqueo, jefe de publicanos y rico...." Era el prototipo de un pecador. Publicano: colaborador de los romanos en el cobro injusto de los impuestos. Y rico, que según la predicación de Jesús, tenían difícil la entrada en el cielo

"...deseando ver a Jesús" Lo quería conocer, que era mucho más que un gesto de curiosidad. Había en este interés un deseo de salvación. El "ver" a Jesús es un símbolo de querer tener el don de la fe.

"corrió y se subió a un sicómoro" Hizo un esfuerzo, venció el respeto humano y hasta la sensación del ridículo. En el Evangelio todos los que quieren "ver" a Jesús hacen algo. El ciego grita, los leprosos lo buscan, Zaqueo se sube a un árbol alto, para verle.

"Jesús levanto los ojos.." También otras veces el Evangelio describe esta mirada de Jesús, que cambia a las personas. A Pedro lo cambio de pescador en Apóstol, de pecador en reconciliador.

"y le dijo: Baja enseguida" El encuentro de Jesús produce efectos inmediatos. Lucas habla de la prisa de María para visitar a Isabel, de los pastores cuando oyen la Buena Noticia, de la mujeres de la mañana de la Pascua. La prisa para recibir y dar la Buena Noticia.

"hoy tengo que alojarme en tu casa" No es corriente en el protocolo que uno mismo se invite. Aquí es un signo de confianza y del deseo salvador de Jesús La iniciativa es de Jesús. Es el HOY de la salvación tan repetida en la Biblia "Ojalá escuchéis hoy su voz" (sal 95)

"la mitad de mis bienes a los pobres... restituiré cuatro veces más" Es un brindis generoso, que manifiesta la sincera conversión de Zaqueo, en la linea de la justicia y la caridad.

"Hoy a llegado la salvación a esta casa" Con la de Zaqueo la de toda su familia ¿Que mejor bendición, para aquel hogar que la vida nueva de este hombre?

"El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido"

con esta palabra de esperanza para todos los pecadores, acaba el relato.

Nosotros a la luz de este Evangelio

- Dios nos acoge a todos. A ningún hombre, por mas pecador que sea, se le cierra la puerta del corazón de Dios. A Él siempre se llega a tiempo.

- Desear encontrarnos con Jesús. A veces, incluso en la Misa, nos puede la rutina. A veces cumplimos sin ilusión, sin hambre de Dios. No encontramos ninguna novedad en la Celebración, no salimos mas llenos.

- Esfuerzo personal. Zaqueo puso todo lo que estaba de su parte. En toda la vida religiosa es necesario el esfuerzo. Uno tiene que orar, leer, celebrar su fe, participar, contribuir generosamente.

- Siempre abrirle la puerta. A la insinuación de Jesús, respondió con una gran generosidad. Siempre vale aquello de San Agustín: "Temo a Dios que pasa, por si no vuelve"

- Alegría. Zaqueo recibió a Jesús muy contento. La alegría tiene que acompañar siempre a nuestra vida de fe. La alegría es fruto del Espíritu Santo. Una palabra que oyó la Virgen y se repite en la Biblia hay que recordarla en todo momento. "No temas, María... Has encontrado gracia ante Dios"

Conversión

Todo encuentro con el Señor, - en la Misa, en la vida diaria, en el momento menos esperado - tiene que terminar en un cambio de vida. Y siempre en ese binomio: justicia y caridad

La salvación de mi casa

Si Dios cambia mi vida, los demás siempre se benefician. Amor y Alegría, fe y servicio, Dios y los hermanos... son realidades que no se separan. Por eso mi casa se salva, si yo encuentro a Jesús.

Queridos Hermanos de la lista, en días próximos celebraremos el día de todos los Santos y los fieles Difuntos. son sin lugar a dudas celebraciones que nos hablan de esperanza y de vida, son los signos de la fe los que a lo largo de los tiempos han acompañado a infinidad de hombres y mujeres de todas las condiciones, a llevar en su vida el testimonio de un amor mas grande que se puede instaurar entre los hombres. Que cada uno de nosotros ponga manos a la obra y desde nuestro pequeño espacio de la vida diaria, le mostremos a los demás, que Cristo esta vivo, en el corazón de sus fieles, en su Iglesia, y en los hombres que aun no le conocen.

Que Santa María nos eche una mano, para que también nosotros oigamos que Jesús quiere hospedarse en nuestra casa.

Con mis pobres oraciones.