Las palabras

Autora: Kary Rojas

 

 

Las hay de todos los tamaños y muchos significados, a veces pareciera que no tuvieran ningún valor, que no es necesario decirlas o escribirlas porque suponemos que el otro no necesita escuchar o leer palabras que expresarían lo que siente el corazón; pero muchas veces ni imaginamos lo que generan algunas de ellas en la vida de seres humanos, que sueñan con leerlas o escucharlas, porque les daría fortaleza o les devolvería la ilusión.

Muchas de las palabras que se dicen, por muy bonito que suenen, no valen nada, porque son escritas y pronunciadas sin sentirlas o pensarlas, tal vez por aparentar, por alcanzar algo de provecho personal o simplemente por ganarse a la fuerza un lugar, cumplir con algo o tratar de llamar la atención. Las personas que hablan demasiado, a la hora de la verdad no dicen nada, por lo general no son escuchadas y si logran con ellas escalar un pedestal, a la final, serán sus propias palabras, las que de ahí lo bajarán…

Hay quienes sueñan con escuchar en un "Te amo" dos palabras, que le devolverían al alma la ilusión; otros con tan solo
decir "perdóname", podrían salvar una relación, un "Tu puedes" recargaría las fuerzas, el "Te extraño" acortaría distancias, "Gracias Dios" sería una hermosa oración. No importa como se pronuncien las palabras, lo que realmente importa es que salgan del corazón, que vayan adornadas de gestos y posturas, que fundamenten su significado y le den más peso a su valor.

La rutina desgasta algunas palabras, el tiempo te borra otras que se han dicho, lo importante es que las palabras que pronuncies o oigas, salgan de tu corazón y se oculten en otro corazón… El silencio puede ser a veces muy cruel, duele saber que existen palabras, las cuales añoramos que sean dichas por personas que ocupan un lugar muy especial en nuestro corazón; padres que anhelan que su hijo les diga "te amo", seres humanos que sueñan con encontrar el verdadero
amor, amigos que se sienten heridos y esperan una disculpa, otros que al haber fallado se atrevieron a pedir perdón y no recibieron respuesta a su petición.

No tenemos que ser oradores o escritores, para expresarle al otro lo que guarda nuestro corazón; basta con que saber trasmitir lo que sentimos y que tengamos valor de sacar y compartir todas esas palabras que podían transformar muchas cosas en los demás y de igual modo liberar, despertar, fortalecer y multiplicar lo que hay en el interior… procura siempre pronunciar y escribir palabras que construyan y no que destruyan, y si no tienes nada bueno que decir, es mejor callar, para que tus palabras no se conviertan en puñal que ocasione heridas muy difíciles de sanar.

Y tu qué quieres decir o qué anhelas escuchar? Qué prefieres callar?
Piensa muy bien antes de hablar, sin darte cuenta, tus palabras pueden salvar o destruir una vida; pues tienen más fuerza y poder del que le podemos dar…