Un poquito más

Autora: Kary Rojas

 

 

Cuando pienso en aquello que nos hace diferente a los demás, inmediatamente llego a una conclusión: “Simplemente tenemos que esforzarnos un poquito más”…

De niños al querer encender la luz, abrir una puerta o tomar algún juguete; no podemos hacerlo tan fácilmente como los otros chiquillos de nuestra edad, ellos solo estiran su brazo y lo pueden alcanzar; nosotros tenemos que rodar una silla, subirnos en ella, esforzarnos un poquito más.

A la hora de correr, de subir una escalera, al querer sentarnos en el pupitre de la escuela, aún en el momento de caminar; quizás no lo hacemos con la misma agilidad, pero nada es imposible para nosotros, simplemente tenemos que esforzarnos un poquito más. 

No podemos ir tan de prisa como otros lo hacen; pero damos pasos cortos con pisadas firmes que dejan huellas imposibles de borrar… y mientras otros quieren crecer tan alto y las estrellas poder tocar, descubrimos que desde abajo la grandeza y belleza del cielo, mejor se puede apreciar..

Y en la calle ya siendo adultos, inmersos en una sociedad que coloca todo tan en alto que ni ellos mismos lo pueden alcanzar; todo parece más difícil para nosotros, manejar un ascensor, utilizar un cajero, hacer una llamada en un teléfono público, comprar un boleto en la taquilla, subir al autobús sin ningún riesgo, cruzar la calle, o pasar desapercibido sin recibir las miradas y las risas de los demás… estos pequeños obstáculos de nuestra vida cotidiana, se convierten en retos que más que debilitarnos nos fortalecen, porque requiere que para sobrellevarlos y superarlos, nos esforcemos un poquito más…

En esos pequeños esfuerzos extras que surgen en nuestro diario vivir, y que no son comunes en la vida de los que se llaman a sí mismo normal, ahí se esconde el secreto de nuestra mayor fortaleza, porque estamos en una constante lucha de alcanzar por sí mismos lo que queremos, aún las cosas más pequeñas y sencillas para otros, en nosotros se convierten en grandes retos que nos enseñan a luchar, sin rendirnos en el intento, siendo capaces de asumir cualquier otra dificultad, porque hemos hecho de nuestra vida un constante juego, en el cual todo se torna ante nosotros como un sueño, que si nos esforzamos un poquito más por ello, lo podremos perpetrar. 

Por todo eso no creemos en los imposibles, no renunciamos ante los obstáculos y caídas, sabemos siempre intentarlo de nuevo, esforzarnos un poquito más… construimos nuestro vivir en grandes sueños que se hacen posibles de alcanzar, desde las cosas más pequeñitas que somos capaces de realizar… esta grandeza y fortaleza interior, también nos hace diferente a los demás… eh ahí la perfección de Dios en nosotros, y el toque de su amor que en cada una de sus criaturas aún en las más pequeñas, El sabe dejar. 

Todo se pude ver con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos... Solo tienes que esforzarte un poquito más...