En mantenimiento continuo...

Autora: Kary Rojas

 

 

En mi afán de querer darte siempre lo mejor, mantengo mi alma en constante revisión; para que mis oídos permanezcan limpios de cualquier comentario importuno y estén atentos para escucharte cuando desees compartir lo que hay en tu interior, y así desde el fondo de mi ser, las palabras que nacen para ti, sean las que necesitas y te sepan animar, aconsejar, calmar cualquier preocupación o dolor, por eso cuido también mi inspiración.

Si en el camino alguna piedra me hace caer y tropezar; me dirijo urgentemente al taller: "El amor de Dios", le hago el diagnostico desde la reflexión, y si hay alguna herida, le aplico una buena dosis de oración, para que se sane cualquier malestar y me sienta fuerte para acoger a tu corazón, aunque el mío tal vez por lo que vivió, se encuentre en reparación.

Cuando la visión me falla y en el camino encuentro trayectos de mucha oscuridad; busco sin que te des cuenta tu mirada, para guiarme a través de ella y sentir siempre cercana tu amistad, de este modo no me veré sola ni perdida, y estaré ahí muy cerquita para que tu también me percibas, por si experimentas cansancio y deseas conmigo reposar…

Mis brazos estarán siempre extendidos y fortalecidos, porque hago aeróbicos espirituales, me nutro siempre de pensamientos positivos y todo lo hermoso que a diario recibo como bendición; así podré sostenerte cuando tengas miedo de caerte y dejar que te apoyes en mi alma, para que reposes en paz y recuperes la calma.

Todos los días repaso con detenimiento cada frase que escribo de la mano de Dios, en el libro de la vida; cuido en cada respiro la puntuación, borro todo aquello que implique ruptura o equivocación, me permito empezar de nuevo una y otra vez, para que cada capítulo quede escrito con pulcritud y perfección; de este modo, cuando intentes descubrir en mí lo que hay más allá, puedas contemplar el testimonio que lucho dar con mi existir, y descubrir la grandeza y fortaleza que escondida en mi pequeñez y fragilidad, está.

Cada noche reviso cuidadosamente mis alas, que se mantienen extendidas volando hacia la cumbre más alta, venciendo mis temores, luchando por alcanzar mis sueños, superando todo aquello que parezca difícil para llegar hasta ellos; y te comparto cada uno de mis momentos, te hago testigo de mi humanidad, porque confío plenamente en ti y sé que contemplando mis luchas descubrirás el toque que el Amigazo Dios pone en mí de su Divinidad… De esta manera me esfuerzo por estar en constante mantenimiento, porque no puedo dejar que nada enfríe mi fe, me debilite la esperanza, ni me robe los sueños y mucho menos alejarme a donde no me ves; porque aunque muchas veces te des cuenta que me siento débil y me veas llorar o caer; sabes que basta que me necesites para que me haga más fuerte, me ponga mis alas y
vuele hasta donde estés, no importa el lugar ni la hora, yo sé que llegaré y ahí a tu lado estaré…