De la ilusión a la desilusión en cualquier momento...

Autora: Kary Rojas

 

 

Muchas veces todo empieza muy bien, pareciera fuera único e ideal; se disfruta cada momento que se comparte, aunque sean tan solo unos pocos instantes, se logra pensar y sentir que algo así era lo que soñábamos vivir y que podría ser para siempre porque cada quien entrega lo mejor de sí, sin pensar quien da más y sin pedir; el corazón logra ilusionarse demasiado y darle otro sentido a su latir…

Todo se ve casi perfecto, demasiado fuerte para dejarse vencer por tantos enemigos que siempre han de pretender destruir cualquier relación, más aún aquellas que al parecer no le temen a nada y creen poder superar toda situación… El corazón se llena de emoción y cuida con todas sus fuerzas lo que en él atesora; la seguridad de saber que existe alguien valioso y especial a quien entregarle lo más bello que se puede dar, con los sentimientos mas nobles, fuertes y sinceros que invaden el interior, fabrican mil sueños y ayudan a experimentar la más grande y hermosa ilusión…

Pero a veces sin notarlo algo se va desvaneciendo, la rutina se apodera del tiempo, distrae los pensamientos, debilita los sentimientos; la magia se escapa sin avisar, lo que era tan especial intenta verse natural; alguien empieza a soltar, la distancia toma ventaja, se disfraza para ganarse un enorme lugar, pareciera como si estuvieran muy unidos los corazones pero realmente se están alejando, algo se ha ido perdiendo y no existen fuertes razones que mantengan vivas las ilusiones; se desvanezcan los sueños que se estaban entretejiendo…

La costumbre inicia su participación, cuando ya no se extraña el silencio ni la ausencia y se ve todo muy normal; porque realmente de fondo algo ya no está, se rompió, se esfumó y hay alguien que mucho lo está sintiendo, quizás esa parte de la relación que más se ilusionó y se aferró con fuerzas a este sentimiento; y al darse cuenta de lo que está sucediendo, experimenta que algo muy fuerte en el interior le está doliendo, porque siente el vacío en las palabras, lo gestos y los momentos que aun de vez en cuando se siguen compartiendo y hacen parecer como si nada estuviera sucediendo…

¿En que momento todo cambio? ¿Qué pasó? ¿Por qué si todo se parecía iba tan bien de repente giró? ¿Cuándo ganó la batalla la rutina y se distanció tu corazón de mi corazón?... ¿Cuándo perdimos aquello tan especial y único que me hacían sentir el privilegio de tener esta relación?

Y es casi que imposible evitar sentir una gran desilusión, experimentar como duele muy dentro cuando se echa una mirada atrás, pudiendo ver como aquello que existía haciendo diferente y único cada día, ya no está, poco a poco se está desvaneciendo, dejando en su lugar una herida que solo la puede sanar el mismo Dios en el correr del tiempo…

En situaciones así, tal vez nos cuesta creer que puedan existir los verdaderos sentimientos, pero hay algo que hace concebir en lo más profundo del corazón que sí son reales, se dan, porque nosotros mismos lo experimentamos muy dentro en algún momento, quizás si no se cuidan entre dos puede tener una vigencia muy corta de tiempo; y entre más grandes y fuertes son, más se clavan dentro, se hacen a la vez tan frágiles que si alguien lo suelta, se rompe en mil pedazos hiriendo con ellos el interior de aquel que se aferró y creyó que sería para siempre lo que ya se desvaneció, pasando así de la gran ilusión a la más profunda desilusión, sin poder evitar que se pierda lo que tanto se amó…