No quiero que cuando se me acabe el tiempo...

Autora: Kary Rojas

 

 

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, llegar a sentir que me quedaron cosas pendientes, tal vez porque me acomodé algunas veces, no actúe en su momento, ni tomé las decisiones cuando debí hacerlo oportunamente…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, mirar hacia atrás y experimentar deseos de devolverme, para reparar algún daño que hice, recuperar algo que perdí o querer vivir muchas cosas que no me permití cuando fue el momento de forjarlo debidamente… porque muchas veces dejamos pasar de largo las gracias y bendiciones que se nos dan, no aprovechamos las oportunidades, no le vemos su importancia o necesidad; y luego cuando nos damos cuenta de ello, ya es demasiado tarde, el tiempo pasa se nos escapa y no se detiene…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, revisar mi equipaje y sentir que me llevo todo nuevo y sin usarlo, porque no me di cuenta de tantas cosas que a diario se me ha regalado, amigos que tal vez ignoré, abrazos y besos que he rechazado, consejos que no utilicé, dones que no me di cuenta que tenía y con los cuales el Amigazo con amor me ha adornado, personas que no valoré, talentos que no compartí ni usé, tantas cosas por las cuales me lamenté sin saber todo lo que poseía porque nunca busque en mi maleta, siempre estuve pensando en lo que me hacía falta y que quizás otros sí tenían… no quiero que cuando ya no tenga más tiempo, añorar así sea un minuto más para disfrutar todo eso que Dios en vida me quiso por amor regalar…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, darme cuenta que me quedaron sin entregar, muchos te amo y te quiero, tantos abrazos y caricias, miles de gracias sin decir a las personas quienes lo merecieron y tal vez no lo supe hacer en su preciso momento, quizás porque me reprimí o porque pensé que lo sabían y no era tan necesario hacerlo… No quiero revisar en mi interior y ver como me quedaron intactos muchos sentimientos, porque no los supe prodigar ni expresar o tuve mucho miedo de hacerlo… lo más hermoso es experimentar que a la hora de dar lo mejor de sí, se dona todo a las personas que amamos, en cada segundo que se nos regala de tiempo…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, tener miedo de partir por todo lo que no hice cuando debí hacerlo… no quiero tener que lamentarme por los errores que cometí y no enmendé cuando aún podía arreglarlo y dejar que el Amigazo reparara mi cacharro de nuevo… no quiero añorar instantes que no volverán jamás y que quizás no supe aprovechar cuando era su momento, no quiero sentir que me tocó morir, cuando ni siquiera supe vivir y ya para eso no me queda más tiempo…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, nadie se acuerde de mí, porque pasé tan rápido y ocupada que no me fijé si iba dejando huellas en los corazones que a mi paso se me estaban abriendo; no quiero mirar hacia atrás y ver que dejé en el pasado y sin disfrutar personas, momentos, oportunidades, bendiciones y tantos otros dones y privilegios que quizás pensé encontrar en lo más efímero y externo… cuando realmente se hallaban presentes en el barro que no quise tocar, en la humanidad que del otro juzgué y rechacé, en la brisa de la cual me quejé, en la lluvia por la que me lamenté… porque muchas veces vivimos inconformes con lo que tenemos y lo que carecemos… y luego cuando es demasiado tarde, nos lamentamos por no haber sabido ver con el corazón, lo que para los ojos fue difícil poder verlo…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, darme cuenta que en mi mochila se me quedaron sin realizar todos mis sueños, quizás porque dejé para mañana lo que hoy hubiera podido haber hecho, no creí lo suficientemente en mí, ni me di cuenta de todo lo que tenía para lograr lo que me había propuesto… y ahí cuando ya no me queda más tiempo, presentarme ante Dios con mis dones intactos ya inservibles por no haberlos nunca usado y ni poder multiplicarlos en la medida que servía y transformaba al mundo con ellos…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo, sentir que no supe aprovechar cada oportunidad de expresar mis sentimientos, de permitirme sentir, de experimentar lo que implica entregar el corazón, llorar por tanto amor y regalar a los que amo lo mejor de mí sin reservarme nada por dentro… No quiero esperar a que sea demasiado tarde para tener que suplicar y añorar un instante más para pedir perdón o perdonar, reparar y transformar, entregar todo lo que no di y usar lo que nunca usé y que eran en vida lo más valioso que Dios por amor me dio, para vivir intensamente y hacer realidad la misión por la cual me soñó tal cual y como soy, porque así me amó desde el primer momento…

No quiero que cuando se me acabe el tiempo llevarme de vuelta todo lo que se me dio y pedir un segundo más para dejar en algún corazón aquello que no entregué cuando podía hacerlo… es precisamente por aquello que entregué, que doné, reparé, amé y expresé, que se me va a recordar y aunque no esté, ni siquiera el tiempo podrá borrar las huellas que dejé, porque supe dar pasos cortos con pisadas firmas en cada instante que viví, dejando un pedacito de mí en cada persona que conocí, en tantas otras que aunque nunca vi, saben que existí, porque han escuchado y leído de mi, todo lo que inmortalicé mientras viví y no dejé escapar sin aprovechar, cada segundo de Tiempo…

Gracias Amigazo, porque aún me queda tiempo… enséñame a saber valorar y aprovecharlo, sobre todo con las personas que más quiero…