A Dios lo que es de Dios y los hombres lo suyo...

Autora: Kary Rojas 

 

Porque hay decisiones humanas que se le atañen a Dios… y se dan situaciones divinas que se afirman ser obra de los hombres, es por eso que nuestra Fe se desvanece y aún teniendo ojos no vemos y con oídos no oímos…

Es fácil justificar nuestra incredulidad, culpando a Dios del hambre y la injusticia que padece la humanidad, y es sencillo creerse superior que Dios cuando nos vanagloriamos de la inteligencia que El mismo nos regaló y cuestionamos su nombre anteponiendo teorías que cuestionan no solo su existencia sino lo que su Hijo Jesús predicó…

A Dios lo que es de Dios y a los hombres lo que es de los hombres, porque el odio, el resentimiento, las guerras y la violencia, no es voluntad ni acción de Aquel que dio su vida por Amor… es sencillo justificar nuestro proceder diciendo que son cosas de El; pero si algo extraordinario sucede, ahí sí decimos que tenemos suerte o atraemos energías positivas que logran hacer y deshacer lo que nuestro poder mental y la voluntad pueden… Le culpamos del Sida, el cáncer y la porcina, y si alguien lo padece decimos que es su voluntad… pero de quién son las cosas buenas que pasan, como el amor y la amistad? y la belleza de la naturaleza, la paz que siente el alma y a veces no sabemos explicar?… quién ha creado todo eso? Quién nos los quiso regalar? Acaso lo inventó el hombre o hace parte del mundo que Dios supo crear?... por qué nos cuesta tanto reconocer, que en ello está la más grande expresión de amor de nuestro Creador, hacía la humanidad?.. .

Quién limitó el concepto de belleza, quién inventó la palabra fealdad? Quién decidió lo que es normal y anormal?... quién ve solo las apariencias, quién repartió las riquezas, quién dijo acaso que los sentimientos y los sitios de privilegios, se deben comprar o ganar como sea, aún llevándose por delante a los demás?...

¡Qué difícil es ser Dios! Y tener que contemplar, todo lo que ocurre en el mundo, por el mal uso de la libertad que como Don, El mismo nos regaló, ya nadie cree en los sentimientos, se vive todo el tiempo prevenidos y es preferible no confiar, estamos llenos de miedos y con tanta contaminación, poco a poco matamos el mundo, pero decimos que es Dios el que nos quiere castigar y lo quiere acabar todo en un segundo o en 3 días de oscuridad…

Es tan fácil ver todo desde abajo o acomodado en las graderías opinando y criticando juzgando y señalando a quién quiere aprender a vivir intensamente su vida; es también muy sencillo mover las piezas al capricho buscando solo ganar como sea la partida; pero qué difícil es ver con los ojos de Dios y observar cómo, lo que con tanto amor creó, es destruido por aquellos a quién ha elegido para cuidarlo y hacer de éste, un mundo mejor…

A Dios lo que es de Dios y los hombres lo suyo, y hay decisiones que aunque no entendamos sus razones, se toman como respuesta a la oración que se realizó, pidiéndole al Espíritu Luz para dar el paso correcto que conduzca a la mejor opción… así mismo, las palabras que se dicen y las acciones realizadas pueden ser inspiración divina, cuando realmente se ora y se confía, en quién es camino, verdad y vida…

Siempre habrá momentos, situaciones, sentimientos y pensamientos que será muy difícil humanamente entender, y cuesta tanto pensar y definir si son cosas que vienen del cielo o surgen de lo terreno… la mejor respuesta la hallaremos en el diálogo profundo con EL, que brota del alma y que no nos deja perder la Fe por nada, aún ante todo lo que pasa…
Dios siempre actúa, nunca descansa… sana, repara, construye, modela, sostiene, se mueve de aquí para allá, tratando siempre de solucionar lo que el hombre en su afán de creerse más, logra romper, acabar o deteriorar… A veces el precio de todo esto puede ser muy alto, pero se llega a hacer tan necesario, que aunque no lo comprendamos y sintamos que Dios nos ha fallado, no es su culpa, El solo busca de uno u otro modo, seguir Salvándonos…

Por eso, ante la muerte y la enfermedad, la pérdida y el dolor, la traición y la mentira, la injusticia y la discriminació n; ante la crueldad y des humanidad, la guerra y la traición, no digamos que son cosas de Dios… no perdamos la fe, ni le busquemos explicaciones que nos roben la esperanza, nos impidan creer y experimentar el inmenso amor que solo El nos sabe profesar…