Siempre habra una silla...

Autora: Kary Rojas 

 

Hoy mientras hago inventario en mi interior, para repararlo y remodelarlo, contemplando lo que he alcanzado y replanteando mis sueños para seguir realizándolos, me encuentro ante todas las sillas que han sido parte de mi crecimiento personal y mi superación… Esas que desde muy pequeña me permitieron abrir puertas y encender por mí misma la luz; las que busqué un día para llegar hasta donde quería, terminar el colegio, iniciar y concluir la universidad, seguir subiendo cada vez un poquito más, en la medida que descubría y valoraba mis dones, multiplicándolos poniéndolos al servicio de los demás…

Veo también en un rincón esas sillas que en algún momento se rompieron, quizás porque eran muy frágiles y fueron más pesados mis vacíos, las cargas del pasado y mis miedos… No las he desechado porque me recuerdan cuánto pesan a veces en nosotros esos sentimientos que no nos dejan avanzar y alcanzar nuestra realización y todo lo que queremos…

Hay en mi vida, sillas de todos los tamaños, de acuerdo a las metas que me he trazado… una misma silla no sirve dos veces, porque su secreto está en que al cumplir su misión, hay que buscar otra para subirse a ella y escalar más alto…

En mi corazón, también hay sillas disponibles para cada uno de mis amigos, los que caminan a mi lado, para que permanezcan y estén siempre conmigo; así mismo, para todos los que vienen buscando un poco de paz, tengo muchas sillas, en las cuales se pueden sentar, sanar o simplemente descansar…

Quiero aprovechar y agradecer con toda mi alma, a todas las personas que en el momento oportuno, me mostraron la silla adecuada, la buscaron conmigo, la sostuvieron mientras a ella me montaba, para que no perdiera el equilibrio y mi sueño alcanzara… Doy gracias a esos seres maravillosos, que al verme caer, me ayudaron a levantar, sanaron mis heridas, me supieron aconsejar, repararon mis sillas, me acompañaron en todo momento y me guiaron hasta poder una silla más fuerte y elevada, encontrar…

Hoy, en este inventario interior, en el cual quiero iniciar una etapa más, me levanto de esas sillas que en su momento me hicieron sentir tanta gloria y comodidad, que con el tiempo he convertido en sillón, donde más que subirme y alcanzar mi ideal, me he acomodado en ellos, dejando el tiempo libremente pasar; porque es más relajado estar en un lugar seguro, sin hacer mayor esfuerzo, que mirar hacia el cielo, consolándonos con lo que ya tenemos, y esperar a que lo que venga, llegue sin exigir, como si fueran un regalo, porque ya suficiente dimos y hemos hecho … Es por eso que dejo a un lado los sillones seductores, que no me permiten avanzar, para seguir buscando sillas que me impulsen a más alto llegar.

Y en todo este proceso de hacer inventario interior, contar y reacomodar mis sillas, descubriendo en cada una de ellas mi historia de superación y salvación; veo como aunque las apariencias engañen, sí que he crecido; y ahora, me trazo nuevas metas, fabrico otros sueños, construyo más sillas para subirme a ellas, abrir mas puertas, encender otras luces y logro tocar con mis manos el cielo que tanto he querido…

Es el momento de elevar una oración y pedirle al Amigazo Dios, que fortalezca mi fe, para así mi silla poder sostener y no se quiebre con mi humanidad… a El le confío mis sueños y le agradezco inmensamente por cada una de esas personas que hacen parte de mi vida y mi historia personal, las que confían tanto en mí que descansan en mis sillas, las que me apoyan en todo lo que emprendo, que permanecen fieles ayudándome a encontrar y sostener la silla precisa, las que son tan fieles que aunque me ven caer no se apartan, me ayudan a levantar, me conducen hacia una silla más, y me dan su mano para volverme a subir y poder llegar hasta donde anhelo culminar…

Por eso, si quieres descansar: ¡Siéntate en la silla!... Si por nada del mundo deseas rendirte, ni renunciar: ¡Repara tu silla!; si tu deseo es apoyar y brindar tu amistad: ¡Sostén fuertemente una silla"… pero si no valoras el lugar que ocupas, no estorbes ni hagas daño: ¡Levántate y desocupa!...

Si anhelas crecer un poco más, construir nuevos proyectos y más sueños hacer realidad¡ Súbete a la silla! y aférrate al equilibrio que en la oración y en la Fe a Dios, encontrarás; El no te dejará caer, sanará todas tus heridas y te mostrará el camino a seguir, para que siempre encuentres una silla a la cual subir y cada vez más alto llegar…