Desde pequeña…

Autora: Kary Rojas

 

 

 Desde pequeña, sentía que cada día de mi vida era como una aventura, cuando me despertaba y por el resto del día, por todo lo que enfrentaba ya que no sobrepasaba el 1,25 de altura, bajarme de la cama, alcanzar a la ducha, sacar mi ropa del closet, superar cada infraestructura… pero todo se hacía más entretenido, porque lo cotidiano se convertía en desafío, lo que me fue desarrollando ingenio y creatividad, agilidad física y mental…

Desde pequeña, disfrutaba de todo lo que a diario se me regalaba, aquello que me ofrecía el mismo Dios y lo que los demás a cada instante me donaban, en cada gesto y palabra, en lo rutinario que mucho ignoraban, en una frase escrita en el papel o una florecilla robada de algún jardín, que aunque se marchita en un santiamén, expresa tantas cosas profundas que a muchos les cuesta ver; la ventaja de ser pequeña es que todo se ve muy grande, y puedo contemplar milagros en cada criatura y detalle…

Desde pequeña, me reía hasta de mí misma, porque es super divertido robar y regalar sonrisas, no ser tan complicada con las estructuras ni las apariencias, comerme un helado libremente aunque me salgan bigotes de chocolate o crema de leche, hacer maromas al subirme a una silla, hacer bromas y hasta cosquillas, no sentirme demasiado adulto, ni ver maldad en los ojos del mundo, es mejor creer que todos somos buenos, y no dañarnos el corazón ni los pensamientos, llenándolos de prevenciones y miedos.

Desde pequeña, me encantaba soñar con alcanzar la luna y las estrellas y como todo me quedaba alto pero lo podía ir tocar subiéndome a una silla, yo creía que así mismo, era posible lograr aquello que muchos decían sería imposible para alguien tan pequeño como yo… que tan equivocados han estado, porque hasta el momento he logrado todo lo que me he propuesto y he soñado…

Desde pequeña, me sentía toda una artista, porque es emocionante darle a cada cosa un toque de magia y vida, unir letras y notas, cantar aunque muy bien no se oiga, ser espontánea y natural, actuar, pintar, crear historias fantásticas que se pueden hacer realidad… eso es ingenio y creatividad, que los pequeños hacemos con naturalidad, cuando no nos meten temor al escenario, ni nos sobreprotegen haciéndonos creer que la humanidad es mala y todos quieren hacernos daño…

Desde pequeña, me metía en todo lugar aunque pareciera imposible entrar, un corazón muy cerrado, un alma reservada o un partido de básquetbol muy complicado, no dejándome quitar el balón, corriendo por entre las piernas de los más altos, siendo toda talla al hablar con cualquier persona, sin necesidad de quitarme o ponerme los años…

Muchos me preguntan: cuándo serás juiciosa y dejarás de hacer travesuras? Y yo les digo, cuando crezca… Desde cuándo eres así? Desde que soy pequeña… Hace cuánto me conoces? Desde pequeña… quién va primera en la fila? La más pequeña… quiénes son los predilectos de Dios que entrarán en su Reino? Los que acojan y se hagan como los más pequeños…

Lo que quizás muchos no saben y les cuesta creer o entender, es que no importa los años que cumpla ni el tiempo que pase… no me siento demasiado adulto ni grande, sigo midiendo 1,25 de estatura, puedo entrar en cualquier parte, aún si quiero me dejan jugar en los parques, porque tengo toda edad… y no es inmadurez ni niñería, es la magia que Dios le regala a quienes no quieren complicarse ni amargarse la vida…

No te esfuerces demasiado por ser muy grande, se puede alcanzar y lograr realizar los sueños, si no dejas de luchar y creer en ellos… lo aprendí desde pequeña y por eso pequeña sigo siendo… no hay que ser muy maduros ni altos para entender lo que estoy diciendo…

Es mejor no buscarle teoría ni explicación a la felicidad ni a los verdaderos, profundos y eternos sentimientos…