¿Por que nos preguntamos?

Autora: Kary Rojas

 

 

En la vida nos sucede con frecuencia, que por lo general nos la pasamos buscando respuestas para nuestras preguntas, pero nos cuesta demasiado cuestionarnos y formularnos preguntas para ubicar en ellas nuestros pensamientos, sentimientos y acciones que surgen como parte de nuestras respuestas, por eso muchas veces no sabemos qué hacer con lo que se nos da, con lo que tenemos o con lo que nos queda...

Las preguntas son como llaves que abren muchas de nuestras puertas, esas que a veces cerramos u otras que el tiempo o las circunstancias cierran, para guardar tras ellas, heridas, páginas escritas, rosas con espinas, sentimientos escondidos, velas encendidas, miedos definidos, barreras construidas, vasijas vacías y otras que aunque llenamos, tienen sus propias grietas… Nadie más que nosotros mismos, sabemos lo que nos duele o enoja, pero no lo expresamos porque la pregunta no ha brotado; simplemente lo que hacemos o decimos, es respuesta a eso que sentimos y tapamos; muchos nos juzgan sin cuestionarnos, qué es lo que nos afecta tanto?…

Y en el día a día en el que escribimos nuestra historia, quizás pudimos equivocarnos, plasmamos nombres que nos marcan, sentimientos que tachamos, ahí es cuando queremos arrancar esa página y esconderla, para que nadie pueda jamás leerla; tal vez algunos notan nuestro cambio, pero ninguno se atreve a preguntarnos, en qué momento de nuestra vida, las cosas nos cambiaron?...

Ahí en nuestro interior, sin avisarnos, puede nacer una flor, al principio parece una más de las que hay en el jardín, pero el tiempo nos avisa que esta rosa es distinta, y cuando es descubierta por la persona que más se acerca y quizás la sembró ahí, quiere protegerse y saca sus espinas… Entonces, hace falta preguntarnos, qué sentimientos oculta esa rosa? A qué le teme tanto?...

Hay pasos que no damos, sobre todo cuando se trata de acercarnos a personas que viven muy cercanas o que al andar nos encontramos, algunos son indiferentes, otras veces se buscan culpables, puede ser que nos desviemos o prefiramos callarlo; pero casi nunca surge la pregunta, cuáles son las barreras que nos están separando? En nosotros mismos están esas respuestas, pero las evitamos…

Y al callar lo que anhelamos y necesitamos, es difícil que alguien lo adivine o se anime a preguntarnos… y tal vez contemplando nuestras grietas, no hay quien nos examine, qué se nos escapa a través de ellas… muchas veces las preguntas se cohíben, por temor a violentar, es de valientes y prudentes, el que con amor y sutileza se atreva a abrir con sus preguntas las puertas que se cierran ocultando sus respuestas…

Hay que saber dar ese paso y preguntar con delicadeza, dejando en plena libertad al que es dueño de la respuesta… tal vez necesite una ayuda para expresar lo que lleva dentro, quizás un cuestionamiento, pueda dejar en libertad algún sentimiento o pensamiento, nadie puede suponer nada, sin realmente saberlo, es mejor aclarar; puede ser que preguntando, reflexionemos, sanemos y crezcamos respondiendo…