Cuando acepto...

Autora: Kary Rojas

 

 

Cuando acepto que soy hija de Dios, me estoy reconociendo hermana de todos y eso implica aprender a amarlos tal como El nos amó…

Cuando acepto que cometí un error, estoy asumiendo mi responsabilidad en lo que pasó, tal vez no sepa de una vez como enmendarlo, pero me esfuerzo por hacerlo porque sé que puedo aprender de todo lo que está pasando …

Cuando acepto que tengo miedo, estoy enfrentando esos fantasmas internos que producen los propios temores y así de ese modo buscando todo aquello que me ayude a sentirme fuerte ante ellos, para no dejar que me ganen, sino ser capaz de vencerlos…

Cuando acepto que siento algo por ti, te estoy diciendo que has dejado de ser alguien más, para convertirte en un ser especial que ahora habita dentro de mi; no se que pase con todo eso, pero al aceptarlo lo estoy reconociendo como una verdad de la cual no me estoy resistiendo.

Cuando acepto que me dolió, estoy mostrando la herida que hay en mi corazón, tal vez no pretendo que me pidas perdón, pero si que andes con más cuidado para que no lastimes a nadie más ni causes otro dolor…

Cuando acepto mi debilidad, sin justificarme en ella, estoy entendiendo que debo luchar más para fortalecerme y vencerla; entre más grande es la prueba, más grande es el triunfo, porque es mucho más grande la competencia…

Cuando acepto que no tengo razón, es porque entendí que puedo complementarme de tu opinión y replantear mi reflexión; cuando acepto que te voy a extrañar, es porque reconozco que sin ti nada será igual, ya que estás ocupando en mi vida un lugar muy especial…

Cuando acepto mi fortaleza, no me estoy sintiendo superior, sino descubro el toque divino de Dios; cuando acepto mi debilidad, no pretendo atentar contra mi autoestima, sino lo que quiero es trabajar con ella, para hacerme fuerte desde lo que me hace a veces flaquear…
Cuando acepto que algo me duele, reconozco que ahí hay algo que está mal; cuando acepto que terminó, es porque me doy cuenta que ya no hay nada más; cuando acepto que algo cambió, es porque estoy viendo que ya nada es igual; cuando acepto que te juzgué mal, estoy reconociendo que no supe ver en ti con claridad. Es tan necesario aprender a dar ese paso de reconocer y aceptar…

Cuando acepto con paz tantas cosas que me cuestan a mi misma o al mundo aceptar, estoy asumiendo maduramente mi verdad, sin acomodarme en ella, sin permitir que me condicione, sin imponer que la tomen tal cual; el aceptarla me permite ponerme de cara a todo eso y actuar como debo hacerlo, para no desperdiciar las oportunidad que me regala Dios en el tiempo, ni hacerme daño a mi misma ni a los demás…

Un paso en el crecimiento interior y en la búsqueda de la verdadera paz, es mantener los sentidos sintonizados y despiertos para madurar en ese proceso tan necesario de reconocer y aceptar lo que vemos en nosotros mismos y contemplamos en los demás…
A veces nos da miedo ACEPTAR, o RECONOCER... porque creemos que eso nos hace menos ante los demás... es de Valientes y Honestos Asumir y Aceptar su propia VERDAD...