Tres en uno...

Autora: Kary Rojas

 

 

CAMBIAR, PARA CAMBIAR

Antes de cambiar al mundo, debo aprender a cambiar cosas en mí misma. Antes de criticar a otros, debo revisar lo que quizás los demás critican en mi vida. Antes de exigir que me den, debo pensar que tanto de eso mismo, soy capaz de dar. Antes de juzgar, debo analizar sino tengo nada que los otros puedan juzgar. El primer paso para cambiar el mundo, es cambiar la mirada con el cual lo veo, verme y descubrir qué cosas debo cambiar yo primero, para que el mundo sea mejor, dejar de criticar en el otro lo que en mí también hay, aprender a dar lo que quisiera me dieran... Hacer antes que exigir que hagan, apartarme sino soy capaz de dar el paso, para que el otro pueda darlo... No podemos pretender que las cosas cambien ni se vean diferentes, sino puedo cambiar ni atreverme a ver las cosas de otro color, con los ojos con que los ve Dios.

LA VERDAD…

A veces me pregunto, quién tiene la verdad? acaso el que dice tenerla y la disfraza? el que la proclama de palabra pero la contradice con lo que hace? El que construye su propia verdad que oculta la Verdad justa solo para hacer su voluntad? El que expresa la verdad de sus pensamientos, pero esconde la verdadera intensión de sus sentimientos? El que jura en vano por una verdad que se inventa y hasta el mismo se la cree, con tal de defenderla aunque quizás no sea cierta?... Dónde está la verdad? en el que haciendo uso de sus estudios y conocimientos, pasa por encima de los otros, rechazando la opinión, posición y el sentimiento?... Acaso está en las manos de quien confunde sus oportunidades y poder con el convencimiento de tener la verdad que muchos esperan conocer?... La verdad es un misterio que sale a la luz por si sola, aunque intenten debilitarla o deteriorarla... La Verdad así misma, recupera su fuerza y vida, cuando con el paso del tiempo, muere por su propia boca la manipulación y la mentira... La VERDAD muchas veces no la tiene la ciencia, porque LA VERDAD, SIMPLE, SENCILLA Y TRANSPARENTE, ES DIVINA...

EL VALOR DE UNA PERSONA

El valor de una persona se puede contemplar en el concepto que cada quien tiene de sí mismo y lo proyecta en los demás; en la coherencia y sintonía de su pensar, sentir y actuar; en la capacidad que tiene de perdonarse, exigirse aprender algo nuevo y dar cada día un pasó más para avanzar hacia su ideal... En la capacidad de entregarse sin pretender violentarse, ni permitir que alguien le arrebate su amor propio y su paz. El valor de una persona está en los límites que se pone y los que impone a los demás, para cuidar lo más sagrado que sabe en su ser hay... Una persona que sabe lo que vale, lo da todo de sí misma sin experimentar vaciedad, porque no pretende dar más de lo que puede, ni mucho menos lo que no tiene, porque su afán no es agradar... El valor de una persona está en el respeto que se tiene y lo manifiesta haciéndose respetar; no necesita que la usen, ni que le den aprobación, para defender su dignidad... El valor de una persona se percibe en la comprensión y amor que se ofrece cuando se aprende a perdonar, sabe distinguir claramente la diferencia que existe entre ser humilde o humillarse, ser manso y no menso, ser sencillo y no sentirse menos... Una persona que vale, no tiene necesidad de compararse con nadie, porque las comparaciones siempre hacen que uno se sienta menos o más, ninguno de los dos sentimientos son sanos, ni son los que miden el valor que en una persona hay. Uno aprende a valorarse, cuando no se regala al otro, ni es camino fácil, y sobre todo cuando claramente sabe, lo que realmente le hace bien o le hace mal... Las personas que se engañan a sí misma y pretenden engañar a los demás, no se valoran a sí misma, ni se hacen valorar... Una persona es una persona, sin importar su tamaño, su raza, peso y color, su origen o religión...