Felicidad o comodidad

Autora: Kary Rojas

 

 

Hay quienes dicen que son felices, pero en el fondo quizás solo disfrutan la tranquilidad pasajera que ofrece la comodidad…

Estar acomodados no implica siempre gozar de privilegios materiales como suele creerse; el acomodamiento es muchas veces sinónimo de estancamiento, de rechazar los cambios, encontrar una aparente estabilidad en lugares, momentos, situaciones, personas que no exijan de nosotros mayor esfuerzo o sacrificio, es una manera quizás de huir de la realidad, no querer trazarse propósitos ni metas, nada que implique luchar, ni salir de esa comodidad. 

Los que prefieren acomodarse, creen muchas veces que en ello está la felicidad, se conforman con lo que fácil les llega, no involucran demasiado el corazón para no tener que sufrir más adelante ningún dolor; sienten que su vida es tranquila, que no hay más nada que pedir, simplemente vivir lo que les toque asumir…

Basta un momento de crisis, para que se les mueva el piso y se les derrumben los castillos de arena construidos y después de creer que están en el mayor éxtasis, empiezan a sentir que no les queda nada, todo lo han perdido… la angustia y depresión se apoderan de su corazón, las ganas de vivir se les escapa y muchos hasta sienten perder la razón; es porque eso que vivían no era felicidad, era simplemente una etapa de estancamiento y comodidad. 

Dicen que la felicidad es un estado relativo, que hoy se puede reír por algo y mañana por eso mismo se ha de llorar; otros expresan que no podemos ser felices en esta tierra, que solo lo seremos realmente en la eternidad… 

Ser feliz implica saber experimentar en paz muchas emociones, asumir con madurez y cordura cada momento que la vida nos ha de regalar; no pensar en nuestras carencias, sino agradecer y valorar lo que Dios como don y por amor nos ha sabido gratuitamente dar; es feliz quien sabe caer y equivocarse, el que reconoce humildemente tanto su fortaleza como su fragilidad, el que disfruta y comparte lo que tiene, el que no deja nunca de soñar y luchar por lo que quiere alcanzar… 
Es feliz el que enfrenta las crisis como oportunidades que la vida le presenta para perfeccionarse, renovarse, cambiar… conoce la felicidad el que sabe ser libre de todo apego humano y material, porque el aferrarse implica muchas veces acomodarse, y en la comodidad no está la verdadera felicidad. 

Hay quienes se creían felices, hasta que cualquier día la vida de un vuelco les arrebata todo o los planes se los ha de cambiar; de una vez dejan ir sus sueños, sienten que hasta en un vaso de agua se pueden ahogar; estaban acostumbrados a una estabilidad que no les requería mayor esfuerzo, todo les era más fácil, vivían en total tranquilidad. Por eso de una vez se van a los extremos, hoy dicen que son felices y mañana gritan al mundo su amargura total. 

Quizás nunca nos hemos detenido a pensar, ¿somos felices o vivimos acomodados buscando una vana serenidad?; muchas veces es necesario experimentar el dolor que no deforma, sino que transforma, porque es 
asumido con fe y paz; así como aprender a descubrir en cada día que se nos regala de vida, el amor incalculable que Dios nos ha sabido dar…