Rompimientos

Autora: Kary Rojas

 

 

Hay muchas cosas que una vez que se rompen no se pueden arreglar…
Los pétalos que se le arrebatan a la flor, la hacen marchitar, jamás volverán a estar en su lugar. 

El amor que se fragmenta y causa dolor, cuando se logra por fin sacar del corazón, no habrá nada ni nadie que haga revivir, ese sentimiento que se quebrantó. 

Es difícil reparar la dignidad que se destruye con calumnias y traición; se puede llegar a destruir a una persona, con lo que se dice o se hace sin pensarlo o siendo conscientes del daño que se causó. 

Quizás algún día se puedan sanar las heridas ocasionadas a un corazón, pero el dolor deja cicatrices que aunque pase el tiempo y se renueve la ilusión, nada volverá a ser igual, algo muy profundo en el alma se desgarró. 

Son cuantiosas las veces en que se deteriora el corazón, por amores no correspondidos, por sufrir una traición, por perder a un ser querido, por tener que dejar ir al amigo, por amar a un ser prohibido, por ver los sueños perdidos y vana la ilusión; son estas las heridas que más daño hacen y rasgan del ser humano su interior; 
qué difícil es a veces reconstruir el alma y devolver la calma que se pierde por dolor. 

Hay pasos que se dan, decisiones que se toman, que no se pueden echar atrás, por eso es necesario pensar muy bien antes de hablar o de actuar, para no causar rompimientos que jamás se puedan subsanar.

Solo Dios puede sanar, reconstruir y reparar; no permitamos que nada ni nadie, nos quebranten la fe ni nos arrebaten la paz; no dejemos que los rompimientos que vivamos, nos roben las ganas de vivir y la ilusión de volver amar, porque seguimos vivos, porque el tiempo no se detiene; seamos ese jarrón de barro dócil en las manos del Amigazo Alfarero, que se puede romper en mil pedazos y dejarse modelar para convertirnos en un vaso nuevo.