Lo podemos hacer mejor…
Autora: Kary Rojas

 

 

Siempre que concluimos algo, un ciclo, un día, un trabajo, un año… es bueno reflexionar en ello, pensando en lo que hicimos y dijimos, así como en aquello que nos faltó hacer o decir; y después de evaluar, llegar siempre a la conclusión de que sean cuales sean los resultados, en cada amanecer se nos regala otra ocasión para poder 
hacerlo mejor. 

Aunque sienta que haya sido un buen miembro de familia, como padre o madre, esposo o esposa, hijo o hija, hermano o hermana, amigo o amiga; nunca es suficiente para dar a los seres que amamos, si nos esforzamos podremos darles mucho más, tenemos la oportunidad de hacerlo mucho mejor… 

No hay que sentirse conformes con el trabajo realizado, con el perdón concedido, con el amor entregado, con las obras buenas que se han forjado ni los logros alcanzados; no limitemos los sueños, ni las fuerzas o las ganas de luchar por realizarlos; busquemos en nuestro interior ese poquito más, ese pasito extra que siempre hay que dar, para llegar más allá …

No esperemos a que los demás actúen, no nos quedemos una eternidad ahí encerrados en nuestro orgullo de que para perdonar y reparar, necesitamos que sea el otro quien hable primero pues consideramos que fue quien hizo el mal; demostramos más grandeza interior y más capacidad de amar, si buscamos la manera de sanar las heridas y encontrar la paz; he ahí una forma digna y valiosa de ser y hacer mejor la difícil misión de buscar esa perfección que nos hace semejantes a Aquel que nos soñó y la vida por amor nos quiso regalar.

Así podremos dejar huellas que harán que nos recuerden siempre con amor y no cicatrices por las heridas causadas, que concebirán en los demás recuerdos llenos de dolor… Sintamos en nuestra mente y corazón, que a diario se nos ofrece la opción de poder ser y hacer todo mejor… en cualquier campo en que nos desarrollemos, en todos los rincones de nuestra vida, ahí en cada pensamiento, sentimiento, palabra o acción que salga de nosotros, mientras podamos escuchar y sentir los latidos de nuestro corazón, no perdamos nunca la fe ni la 
esperanza de que lo podremos hacer mejor.