Talentos y bendiciones... ¿Quien tiene menos o más?

Autora: Kary Rojas

 

 

Algo solemos hacer como humanos, es compararnos con los demás, sobre todo, tratando de encontrar aquello que nos hace falta y que quizás el otro posee, y así alimentarnos de sentimientos de envidia e inconformidad. Todos hemos sido dotados de dones y talentos; para muchos quizás hay más oportunidades y se les hace más fácil lograr lo que quieren; para otros es necesario que hagan un esfuerzo extra, encuentran más obstáculos en su caminar, pareciera a simple vista que están en desventaja, o que existe un Dios injusto que a unos les da mucho y a otros les ha de quitar.

Existe una gran verdad, Dios nos ha creado diferentes, pero nos ama por igual… todo tiene su razón de ser y se encuentra escondida aún más allá, aunque pareciera absurdo y no encontremos respuestas ante tantos cuestionamientos que nos surgen, sobre todo cuando no entendemos las cosas que pasan, y empieza nuestra fe a debilitarse y la autoestima a tambalear. 

La humanidad nunca está conforme, siempre quiere más y más; y en vez de hacer lista de lo que tiene, está pensando en lo que carece, se frustra olvidando y guardando en el olvido lo demás. Muchas veces el que más posee, no hace cuenta de todo ello, cae en el comodismo o en el sentimiento insaciable de ambicionar cada vez más, queriendo obtenerlo de la forma más fácil, sin servir ni trabajar. 

Quizás para estos ricos en bendiciones y pobres en ilusiones, el tener se convierte en obstáculo, todo lo limitan, se aíslan, 
esconden sus talentos por temor a perderlos y hasta muchos de ellos mueren sin saber lo que tenían y poderlo realmente disfrutar. 

En cambio aquel que a simple vista menos posee y no se llena de envidia ni resentimiento social, sino que trabaja con todas su fuerzas por hacer sus sueños realidad, compartiendo lo que tiene, poniéndose al servicio de los demás; logra multiplicar todos sus dones, alcanzando mucho más de lo que jamás se pudo imaginar. 
Aquel que vive agradecido con Dios y aprende a ser feliz con aquello que le confió, sabe que aún en medio de la dificultad, tarde que temprano su recompensa obtendrá; recibirá muchas más bendiciones y experimentará, la enorme satisfacción de sentir que dejándose mover por la fuerza de la fe y del amor, se pueden hacer los sueños realidad. 

No perdamos el tiempo en quejas y reclamos al Creador, ni tampoco lamentándonos por lo que quizás no nos dio; no nos comparemos con otros, las comparaciones provocan dos sentimientos, inferioridad o superioridad, y ninguno de los dos son buenos, porque llenan el alma de inconformismo o vanidad. 

El secreto de los talentos no está en la cantidad, sino en el valor que le demos y en la manera como los sepamos utilizar; si los guardas se deterioran y pierden su valor natural; en cambio si trabajas con ellos y los pones al servicio de la humanidad, llegan a multiplicarse tanto, que millonario en bendiciones serás.