¡Levántate y anda!

Autora: Kary Rojas

 

 

Nada es para siempre, todo en esta vida pasa, y ante cualquier momento difícil que enfrentemos, Dios nos dice: ¡levántate y anda!...

El mundo no se detiene, ni siquiera cuando sentimos que hay días que parecen eternos, porque se deprime el corazón, o ante un problema creemos perder la razón; no podemos quedarnos estancados, hay que seguir siempre adelante, avanzar, continuar...

Aunque sintamos que se nos ha caído el universo sobre nosotros, porque perdimos al ser que más amábamos, nos sentimos solos y abandonados, en algo hemos fracasado, o se nos fue de las manos el trabajo que tanto necesitábamos y al cual lo mejor de nosotros entregamos; no es sano revolcarnos en el fango en el que hemos caído, ni mucho menos abrazarnos a la piedra con la que hemos tropezado; hay que levantarse, sacudirse el polvo, reconstruir nuestros pedazos y avanzar, sin retroceder ni estancarnos, sino confiar en Aquel que toma nuestra miseria y la llena de su grandeza, renovando nuestro existir, dándonos nuevos motivos para vivir...

¡Levántate y anda! ¡Has quedado curado! ¡Abre tus ojos!; son las palabras que nos ofrece el Amigazo, cuando acudimos a El, porque sentimos que no podemos continuar, las fuerzas se nos han acabado, o experimentamos enferma el alma, el cuerpo desgastado; de igual modo, las veces que le decimos que no vemos ninguna salida, pues de oscuridad nos hemos llenado; pero que a pesar de todo eso, en sus manos nos abandonamos, porque en El confiamos y con una sola palabra suya, seremos sanados.

Es necesario liberarnos de esos momentos de nuestra vida, que nos hacen sentir a veces estancados, buscando porques que no existen, queriendo vivir para siempre en ese capítulo de nuestra vida que ya ha terminado, no se puede estar en un presente, añorando el pasado; hay que desprenderse, pasar la hoja; seguir siempre adelante, el tiempo no retrocede; lo que pasó, pasó; lo que no era nuestro, hay que dejarlo volar, nada ni nadie es indispensable, el mundo no ha 
terminado, lo que nos estanca son las costumbres, los apegos, las necesidades que nosotros mismos nos hemos inventado.

NO hay mal que exista mil años, ni cuerpo que lo resista; no guardemos falsas esperanzas que solo nos hacen daño, derrumban el autoestima, destruyen los sueños, o no estancan en un eterno pasado... ¡Levántate y anda!... Cada día es el mejor del año, el tiempo no es eterno, se nos escapa de las manos; si estamos vivos es porque Dios cree en nosotros y nos regala otra oportunidad de luchar 
por ser feliz; no la desperdiciemos enterrándonos con nuestros muertos, o contemplando enfermedades eternas que ya hemos sanado; añorando amores que han pasado; auto compadeciéndonos nosotros mismos, sintiéndonos víctimas del destino; justificando nuestras debilidades o siendo nuestros verdugos implacables cuando hemos fallado... 
Es un día nuevo, estamos vivos, otra oportunidad se nos ha regalado... Experimentemos el amor que todo lo puede, todo lo transforma y lo renueva, porque es el amor que nos ha redimido y salvado; es el amor de Jesús, el Amigazo fiel, quien tantos nos ha amado, que su vida entregó por nosotros en la cruz, nuestras deudas ha saldado... 

¡Levántate y anda! Y sentirás en lo más profundo de tu alma, que: ¡TU 
FE TE HA SALVADO!