Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Buenos días, que la paz y el amor de nuestro Señor Jesucristo haga brillar sobre todos nosotros el encanto que El pone en todos sus hijos (as), que llegan hasta El de rodillas para suplicar su perdón y su misericordia, como el buen ladrón que en la cruz, supo robarle al Señor el perdón eterno .


Señor, de nuevo vienes a inquietar nuestros corazones, gracias Señor, porque si no fuera así, que día a día tu sales a nuestro encuentro, podríamos ya preguntarnos que sería de nosotros ?, si a pesar de que Tu nos hablas a través de tantos y tantos hermanos (as), pasamos tantas veces desapercibidos 
y caemos en el mismo hoyo que tenemos frente a nuestros ojos, que sería de nosotros Señor, si Tu te dieras por vencido y nos dejaras a la interperie, que sería de nosotros frágiles y pecadores como somos .


Señor Jesús, Padre bueno, que siempre nos miras con ojos de alegría y gozo, pon en nosotros un noble corazón que busque siempre alabar y bendecir Tu Santo Nombre a través de todo el amor, la misericordia la entrega y el deseo que pongamos en nosotros para hacer feliz a todos los que nos rodean, no permitas
Padre Santo, que mis iniquidades y mis sentimientos, sean piedra de tropiezo para nadie .


Quiero bendecir tu presencia, primero en el altar de Tu Santa morada y después en el altar sencillo del corazón de mis hermanos, que tu paz, tu luz y tu presencia Señor, brille por siempre en todos nosotros .


Como dijo mi muy querido amigo San Francisco de Asís .
Señor Haznos instrumentos de tu paz, hermanos (as) que el saco que nos dió el Señor en nuestro nacimiento el cual traía muchos dones para regalar siempre esté abierto para que de el brote siempre hacia los demás, amor en vez de odio, perdón en vez de injuria, fe en vez de duda, alegría en vez de tristeza, esperanza en lugar de desaliento, luz en lugar de sombras .
Y que para seguir en la línea llana y franca que nos marcó el Señor, y haciendo nuestras, las palabras de San Francisco, que no busquemos ser consolados, sino que nos aboquemos a consolar, que no busquemos ser amados, sino que tomemos la cruz de Cristo y nos dispongamos a amar, que no esperemos ser comprendidos sino que nuestro corazón siempre esté dispuesto a comprender a todos y cada uno de nuestros hermanos (as) .
Porque empezando de ahí, es como comenzaremos a levantar el vuelo e iremos poco a poco tomando pedazos de cielo con el cual iremos construyendo nuestro lecho celestial . Aleluya .


Amén .
Paz y bien .