Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto  

 

 

Buenos tardes querido Jesús, buenos tardes queridos hermanos (as), cuanto hace que abrimos los ojos en este nuevo día ?, bastante ya verdad, cuanto hace que llegó de nuevo la mano protectora de Dios para tomarnos y darnos su paz y su amor y darnos la palmadita de espalda cariñosa y fraternal, con la que nos dice quedo muy quedo al oído, buenos días hijos, aquí estoy con ustedes, para levantar con ustedes esa cruz de cada día para que tomen fuerzas y comienzen a Evangelizar con sus testimonios de vida.


Gracias Señor, por ese tiempo que te tomas todos los días y a cada instante para hacerte presente en nuestras vidas, gracias Señor por el apoyo y solidaridad que nos das.
Hermanos (as), podemos nosotros caminar sobre este mundo lleno de situaciones, sin que el Señor se nos haga presente en tantas y tantas oportunidades a través de nuestro día ?, sensibilizemos nuestro corazón para que haciendonos como niños, podamos sentir como nos habla El, a sus díscipulos les hablaba en parábolas y a nosotros también, solo que un tipo de parabolas diferentes, mas al momento, tenemos que tener un oído agudo y unos ojos abiertos para dejarnos deslumbrar por lo que nos presenta.

Por ejemplo, llamemosla la parabola del gran arbol.

Si volvemos a ver ese inmenso arbol que esta en nuestro paso y vemos que una hoja se desprende desde las alturas de su imponente copa, miramos como cae, viene poco a poco, ladeandose de un lado hacia el otro, como si fuera una bailarina que desde los cielos tirada por un hilo que el mismo Dios mueve, le permite descender para posarse lentamente en nuestros suelos, una vez en tierra esa hoja va a ser transportada por una pequeña y diminuta hormiga que la llevara hasta su hogar para cobijo y comida de ella y de su comunidad. 

Imaginemos a Jesus acuclillado en las arenas de esa playa que simpre transita, un palito en su mano, haciendo trazos sobre la arena y meditando, pensnado en cada uno de nosotros, porque El tiene capacidad para ello, el puede vislumbrar cada una de nuestras vidas al mismo tiempo y ver como en una pelicula nuestro caminar, piensa El Señor como iluminarnos.

Podria decirnos con esto que somos esa hoja que viene despacio, cayendo hacia la tierra, desprendidos de esa majestuosidad del arbol que no es otra cosa que Dios mismo, la lentitud con la que descendemos, la vida, el tiempo que nos presta el Señor para vayamos pasando diferentes etapas, pero todas en una misma direccion, la muerte que es la misma vida, porque cuando supuestamente morimos, es cuando en realidad nacemos, ese tiempo espacio que duramos en caer como la hoja, debe venir dando testimonio y lo mas importante, debe ser fecunda a la tierra, que no es otra cosa que nuestros hermanos, aquellos que vienen atras y que tenemos que alimentar, venimos cayendo muriendo al orgullo, a la vanidad, a la falsa gloria, a mi falta de caridad, a mi prepotencia, para arrullarnos en los brazos de esa tierra, que es nuestro Dios, porque como El es principio y fin, esta en la copa del arbol, como lo esta en la tibieza de la tierra.
Hermanos (as), mientras vayamos descendiendo de la copa del arbol hacia la tierra, por mientras llega la hormiga a tomarnos de abono, vayamos siendo esa bailarina y dejemosnos mover por los grandes y enormes dedos de nuestro Padre Dios.


Amen.
Paz y bien.