Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto  

 

 

Que la paz y el amor sean los que siempre prevalezcan en nosotros, que llenos de esperanza iniciemos el camino de este nuevo día, procurando hacer la voluntad del Señor en todo.

A Tí Jesús, Padre bueno, te pedimos ayúdanos a seguirte, a querer parecernos a Ti, a mirar hacia abajo, para poder encontrar cada huella que Tu dejaste en la tierra, para así, poder dirigir nuestros pasos hacia el mismo destino que llevan las tuyas.
Sabemos que esas huellas tienen un final de gloria, pero antes debieron pasar por valles de dolor y sufrimiento, de tribulación, grabadas en cada una de ellas dejaste Tu amor y Tu misericordia no dando cabida al rencor o al odio a pesar de que tus amigos te daban la espalda, te negaban y te despreciaban, déjanos Señor seguir esas mismas huellas que van arrastrando esa cruz cargada de las iniquidades del ser humano que no mira mas que sus propias necesidades y se olvidan del hermano que sufre y que está a su lado.
Cuantas veces tropezaste Señor, cuantas veces caíste manchando el suelo con sangre y tus pies llagados por las superficies escabrosas del suelo que ya casi se negaban a caminar, mas sin embargo Señor, una y otra vez, te levantaste
para también levantarnos a nosotros del pecado, de la corrupción y de la perdición, déjame Señor seguir tus pasos, para que mis pies sientas el dolor que los tuyos debieron haber sentido, déjame Señor seguirte para poder al igual que
Tu, llegar un día recostarme en los brazos de nuestra madre María.
Cuantas veces caíste y casi no sentías, que el madero de la cruz, la piel de Tu hombro a pedazos desprendía, solo mirabas al que con injurias, vilmente una y otra vez, contra tu cuerpo su furia arremetía.
Aliéntame Señor, para que valor tenga de seguir tus huellas, que hacia el Padre caminan día a día, y me sienta dichoso de tomar mi cruz, y con disposición ir caminando, despacio muy despacio, como tu Señor lo hacías. 


Amén.
Paz y bien.