Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto  

 

 

Hola hermanos, un nuevo momento juntos, para alabar y bendecir al Señor Jesús, nuestro Padre y amigo han transcurrido algunas horas desde que temprano llego el Señor a visitarnos en nuestros lechos, y bueno pues vamos internándonos en un día mas, llenos de esperanza y de motivación, buscando hacer el bien y sin mirar a quien, porque el Evangelio, precisamente eso nos pide.


Quizás para estos momentos, en los que ya hemos batallado por espacio de unas horas tempraneras que alguno podría decir, solo problemas y situaciones angustiosas nos han deparado, y quizás piensen que no tiene sentido  el caminar por los caminos correctos, que quizás es mejor ladear un poco e irnos por el camino fácil y supuestamente mas ventajoso, pero hermanos ( as ), todos sabemos que lo ido se va por lo servido.


Entre mas luchas, entre mas esfuerzos y entra mas tesón tengamos que poner de nuestra parte para salir adelante quizás arañando la felicidad del día, mas reconfortados y mas fortalecidos en el Señor seremos.
Hay que quitar la piedra que tenemos en nuestro camino y no ladearla, levantemos la piedra y quizás debajo de ella nos encontremos un gran tesoro, claro que si, porque tendremos la satisfacción de no haber decaído, sino por el 
contrario haber encontrado debajo de la piedra las fuerzas necesarias para continuar.


Hermanos (as), y tu piedra, cual es ?, como se llama, has intentando hoy ladearla o la tomaste entre tus manos y la llevas cargando, piénsalo, tal vez aun no te decides, pero pudiera ser que esa piedra te vaya a servir mas adelante 
de escalera para trepar hasta los brazos de Jesús, que dices.


Ya basta de excusas y de lamentaciones para caminar, ya basta de negativismo y deseos de claudicar, el camino es largo y no podemos quedarnos en nimiedades, no podemos quedarnos en lamentaciones, somos hijos del altísimo y como tal nos tenemos que comportar, el camino angosto, si ese camino que no nos gusta es el que debemos de tomar aunque todo nos apunte y nos señale hacia el otro, el ancho, que de primeras parece un exquisito manjar, mas una ve
probado solo tiene amargura, desilusiones y falsas esperanzas.


Quitemos la piedra del camino, quizás debajo de ella encuentres la felicidad que has buscado dando tantos rodeos.


Amen.


Paz y bien.