Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto  

 

 

Hermanos (as), unamos en espíritu para que en estos momentos conversemos con el Señor, El esta a la espera, y sabe de nuestras situaciones, sabe de nuestras dolencias y sabe que es lo que mas necesitamos.
Así es que en compañía con El, dispongámonos unos instantes a transportarnos y elevarnos hasta El por medio de nuestra oración, digámosle al Señor, que le damos gracias por la parte del día ya transcurrido, por dejarnos hacer nuestras tareas del día, que parecen mecanizadas pero todas ellas están tomadas y llevadas por las manos de El.
Ahora, que tal si salimos de paseo con Jesús, estamos quizás en estos momentos estresados por la presión que hayan ejercido nuestros trabajos hasta ahora, quizás hemos tenido algún traspiés con un hermano (a) que ha desequilibrado nuestro interior, quizás no nos salió muy bien tal o cual situación y nos sentimos abrumados, porque no, dejar eso de lado en estos momentos y por que no
digamos que salimos de paseo con Jesús.
A El, le gustaba muchas las barcas, cuantos milagros no se dieron a borde de una de ellas, en donde nuestro Señor estaba siempre presente para guiar, cuidar, velar y rescatar a cada uno de sus discípulos.
Naveguemos mar adentro con Jesús y sintamos como su presencia va haciéndose cada vez mas notoria en nosotros, podemos escuchar su suave vos que alimenta nuestro interior y reconforta nuestro día.
Solo dejemonos adentrar hacia la inmensidad del mar, podremos escuchar si, esa gaviota que acaban de oír, cuando desde lo alto se lanzo hacia el mar para tomar su cena, podemos escuchar las olas que se vienen unas contra las otras y todas juntas llegan a besar las tablas de la embarcación, como acariciándola
si nos quedamos escuchando el silencio, si el silencio, que hay en tu corazón, silencio o tumulto ?, escuchemos con tranquilidad, con paciencia y oiremos como Jesús sentado en la quilla de la pequeña embarcación nos habla y como se mece al vaivén de las olas que cada vez se hacen mas serenas.
Señor, podemos sentir en estos momentos Tu Paz, podemos gozarnos de tu presencia al igual que hace tantos años lo hicieron tus discípulos y hoy nos tomas a nosotros para hacer las mismas travesías.
Gracias Señor, porque con solo mirarte, todo aquello que viene perturbándonos desaparece, la enfermedad, el cansancio, el stress, ese pensamiento que no nos dejaba quietos ahora se va, Tu Palabra Señor, llega a nosotros como suspiros de aguas frescas que vienen a calmar la sed de los sedientos, Tu Palabra Señor
que viene a levantarnos de los letargos vencidos y toma las riendas de los impulsos humanos para sumergirnos en la esencia de tu mismo ser, no somos nosotros, sino Tu en nosotros que estas revertiéndonos de tu Paz y luz, como caídos en un sueño vamos Señor llegando al puerto que Tu le indicas a la mente de cada hijo (as) para depositarlos en ellos y mostrar así, que el mundo quedó atrás y solo estamos en esta inmensidad del tiempo Tu y nosotros, que bien se siente, palabras ya conocidas, que bien se siente aquí, sin temores sin dudas, sin tiempo, solos y abstraídos por tu presencia Santa que mueve los corazones y las almas de tus fieles y amados discípulos.
Gracias Señor, porque sin dinero, sin cobijo, sin necesidades vamos transcurriendo por parajes inimaginables que hablan y gritan, mostrándonos lo fácil que es ser feliz.


Amén 


Paz y bien.