Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Hola Jesús, que frío verdad, bueno pero en realidad que es una bendición porque ver como los árboles se mecen con el viento, la gente frotandose las manos, los pajaritos alabandote con sus trinos porque posiblemente se sienten mas vivos y teniendo que revolotear para calentarse, pienso, me imagino, que así debemos nosotros revolotear y acercarnos a la fuente de calor, a la hoguera, en donde encontrar el calor espiritual y el abrigo para nuestro frío interior en las cosas que nos lleven hacia Ti.
Frío y buscamos calor, y quisas para nuestro frío, para nuestra apatía, para nuestra desgana espiritual nos da igual, y caminamos por el mundo, sin son ni ton, sin detenernos a buscar el abrigo que nos de cobijo.
Porque así como hoy que todos tenemos frio y buscamos suetter, gorras, guantes, bufandas, porque por igual no nos damos cuenta cuando nuestro corazón esta frío, bueno Señor, pero Tu siempre esperas por nosotros para que lleguemos a cobijarnos en Ti y hoy vamos a pedirte por todos nosotros para que los que quisas tienen frío espiritual y no buscan tu auxilio, lo hagan, por todos esos hermanos que a pesar de todas tus manifestaciones, prefieren el frio de la indiferencia, el fripo de la apatía, el frio de la solidaridad.
A ellos Señor, en tu corazón de Padre los incrustamos y porque no Señor, también nosotros nos metemos ahí también para resguardarnos de los vientos que puedan llegar hasta nosotros y nos hagan tener frío.
Señor, también queremos darte gracias por todo lo que vivimos en el fin de semana, tanta manifestación de Tu presencia en nosotros, en nuestros hermanos (as), como aprovechas Señor cada instante, cada momento para hacerte ver, oír y reconocer a través de nuestros hermanos (as), gracias Señor por ese preciado tesoro que nos hiciste compartir como es la perla preciosa de la amistad, del amor, de la entrega entre hermanos y hermanas, gloria a Dios por todos ellos y ellas que vivimos y trasladamos tu mensaje y tu Palabra. 
Ayudanos Señor a seguir tus caminos, a escuchar tu llamada y a decir como dijo nuestra Madre y Tu Madre  La Virgen María, " hagase tu voluntad ".
Que cada uno de nosotros Señor, pueda decir con confianza y sinceridad de corazón, " aquí estoy Señor para hacer tu voluntad ".
Señor, colocamos en los atrios de tu casa a todos nuestros hermanos y hermanas, tu conoces sus debilidades y fortalezas, conoces lo que necesitan y lo que no necesitan, sus virtudes, sus dolores, toma todo Señor y al igual que el alfarero toma el barro y hace y rehace una y otra vez esa vasija, hasta que quede a tu gusto por igual has de ellos, de ellas, de nosotros, lo que Tu quieras Señor.
En tus manos quedamos Padre Santo, que este día grandioso podamos reflejarte y trasladarte hacia todo aquel que nos mire, que puedan ver en nuestras acciones, gestos y testimonios, la mano amiga, la mano hermosa, la mano bendita de nuestro amado Jesús.
Nos acurrucamos en ti Señor.
Amén.