Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Más vida, si Señor, mas vida, posas tu mirada en nosotros e infundes nuevo aliento, colocas tu mano sobre nuestra frente y del barro que somos, haces un ser humano que se incorpora, se levanta y gracias a Tu bondad, dispone de 
tantos y tantos minutos para que salgamos a ganar el alimento espiritual que nos deberá llevar un día hasta Ti.
Bueno Señor, algunas veces hacemos lo contrario y no exponemos a los peligros del mundo y de ese ser que siempre quiere hacerte la vida imposible a Ti y utiliza todos nuestros fracasos y debilidades, pero con sincera humildad y con el
corazón en realidad, contristado, te pedimos que no mires nuestras faltas sino tan solo, lo poco que vayamos haciendo en nuestro caminar y que tenga un significado bueno para nuestros hermanos (as), que puedan ellos apreciar en nosotros la obra que salió de tus manos y que es vivificada día a día, cuando llegas hasta nuestros lechos y quedo, muy quedo murmuras a nuestros oídos, estoy contigo.
Señor, en estas mañanas que llaman a refugiarse en un abrigo, pues el frío nos hace percatarnos de que hay que abrigarse pues nuestro cuerpo se reciente, también hoy podríamos reflexionar cuanto frío tiene nuestro corazón y nuestra alma, porque por igual no llegamos corriendo y buscamos el abrigo de los brazos de Jesús.
Que bueno Señor poder día a día, momento a momento, en el aire, en el susurro, en el hermano, en la bondad de la ráfaga de viento que acaricia nuestro rostro, poder encontrar tu presencia, siempre estas al lado, a distancia de una sola oración, al llamado de nuestro auxilio, sentimos tu llegada que suavemente toma en sus manos el problema y va cada vez haciéndolo menos, disminuyendo el dolor hasta dejarnos anestesiados y llenos de tu fuerza y tu poder.
Gracias Señor, porque sabemos que siempre, mientras nosotros así lo queramos, podremos contar contigo.
Amen.
Paz y bien.