Un minuto con Dios

Autor: Luis Céspedes Soto 

 

 

Señor Jesús, Padre bueno, bendito y alabado seas, por todas las insinuaciones que nos haces a estar contigo, gracias Señor por ser el primero en llamarnos, gracias porque sin merecerlo te satisfacer con nuestro encuentro, con nuestro dialogo y por tener esa paciencia que siempre tienes para esperarnos, porque de cosa nuestra, hay Señor, por eso nos dices en Tu Palabra que fuiste tu quien nos llamo y no nosotros quien te buscamos.
Señor, tu conoces las necesidades de todos y cada uno de nosotros y te queremos pedir por la asistencia tuya en cada una de ellas ayúdanos a ver y creer en que nosotros somos hechos de barro y no tenemos vida eterna, oye si ya se, terrenal, sabemos que contigo si la vamos a tener, que en el cielo tenemos un espacio reservado para nuestra alma, pero es que hay veces no creemos posiblemente bueno digo porque, como que no estamos al unísono contigo.
Fundamos nuestras esperanzas tantas veces Señor, en algo que es ficticio, en algo terrenal, nuestra felicidad la basamos solo en cosas y en momentos de agrado corporal que se extinguen bajo el paso del tiempo, sin dejarnos nada positivo, pues la falacia de la vida no viene engañando y perdiendo.
No aprendemos Señor a que no debemos fundar nuestras esperanzas en nosotros mimos, ni en los demás hombres, no entendemos que nuestra esperanza debe arraigarse en ti Señor, que diste la vida y resucitaste para que contigo todos también resucitemos.
Tu vienes hablándonos todos los días, una y otra vez, sentimos tu auxilio, sentimos tu presencia pero de pronto, vació, frió, silencio, distracción, desentendimiento.
Porque ? Porque querer una vida etérea, una vida sin calor, una vida sin vida, porque ?, porque no entender Señor que el camino, eres tu, solo ese trillo, solo esa abertura en el tiempo que debemos de seguir ansiosos, sin temor, sin contratiempos, sin miramientos, es la que nos va a conducir hacia el paraíso, hacia el lugar que jamás se ha visto, porque solo le das brillo tu Señor, pero que quieres compartir con nosotros.
La vida es muy corta, demasiado, hoy ya casi estoy en mañana, y mañana corre tan rápido que cuando nos percatamos paso como que fue ayer, así corren los meses y los años, y todo se ve como que fue ayer.
Señor en tus brazos dejamos nuestros pasos, que seas la luz que lo venga por siempre alumbrar, para que no perdamos el camino, que que ayer, hoy, mañana y por siempre, a tu dulce morada nos vaya llevar 
Amen 
Paz y bien